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Mostrando entradas de febrero, 2006

Ateos sin fronteras

Artículo pensado al calor de las manifestaciones islámicas contra las caricaturas de Mahoma, enviado a La Voz de Almería, en el que devengo en un pesimismo del que no me creía capaz. Posiblemente sea éste un artículo atípico. Y lo es porque se estructura en dos actos, y porque el título poco tiene que ver con la conclusión. Normalmente primero me surge una idea, luego un título y finalmente un texto más o menos largo y más o menos claro. Sin embargo, dado que en esta ocasión me he concedido un plazo de maduración más largo que de costumbre, me ha dado tiempo a modificar radicalmente la idea inicial. Pero el título original me gustaba tanto que he pensado eso de que “no dejes que un cambio de contenido te estropee un buen titular”. Acto 1º. Turbas enfurecidas se echan a la calle clamando venganza o perdón, o las dos cosas, por la publicación en Europa de unas caricaturas de Mahoma ofensivas para el Islam. Primera conclusión: en pleno siglo XXI se siguen cometiendo estupideces en nombre

Datos curiosos

Hoy he leído dos datos curiosos. De un lado, el crecimiento del número de hipotecas constituidas registra (con datos de noviembre) el crecimiento más alto en 15 años y de otro, aparece un pingüino muerto en la playa del Sardinero (Santander). Ante informaciones como éstas a uno sólo que queda preguntarse –a uno un poco rarito, es cierto–, ¿estarán relacionados el cambio climático y el boom inmobiliario de España? Si la respuesta es afirmativa significaría que los seres vivos (incluso los humanos) originarios de zonas frías –el deshielo polar podría provocar la paralización de la Corriente del Golfo y, por tanto, una nueva era glacial en el Norte de Europa– (como el pingüino) se están preparando para migrar a latitudes más cálidas. En este sentido, podríamos plantearnos el traslado masivo de los habitantes de toda la Europa norte y gran parte de la central a nuestro litoral. Incluso, dado que el pingüino acabó en Santander, sería posible que esa zona de España fuera demasiado fría para

La economía del conocimiento... de los clientes

Artículo preparado para el suplemento Expectativas del diario Ideal. Desde hace unos años se viene oyendo hablar de la economía del conocimiento, en la que se supone que nos encontramos, y en la que las variables estratégicas que marcan la competitividad son el saber y el talento inmersos en el capital humano de las propias empresas. Tanto hemos hablado de ello que se nos han ido olvidando otros aspectos mucho más mundanos y tradicionales de la competitividad pero también de vital importancia. Paradójicamente ha tenido que se una empresa del campo de las nuevas tecnologías la que nos haga volver sobre nuestros pasos y la que nos obligará a repensar lo del conocimiento desde puntos de vista más amplios. Pero antes de mencionarla, me van a permitir que mantenga el suspense unos segundos y que juegue con mis lectores a las adivinanzas. Esta empresa nació siendo un buscador, sólo un buscador, de esos en los que metes una palabra o una frase y obtienes una lista de páginas web relacionadas