La evolución humana [Var]

Ya lo terminé.
Está escrito por Chris Stringer y Peter Andrews y editado por Círculo de Lectores. Está diseñado como si fuera un libro de texto sobre antropología, por lo que resulta muy apropiado tanto para lectores noveles en la materia y cuenta con un estupendo índice alfabético, lo cual le convierte en una estupenda obra de referencia.
El libro cuenta, además, con la particularidad de estar enormemente actualizado, dado que incluye incluso al homo floriensis u hombre de flores, recientemente descubierto. Los primeros capítulos son un poco pesados para mi gusto, aunque también muestran la variabilidad de condiciones en las que son encontrados los fósiles. Sin embargo, cuando se comienza a hablar de los diferentes hitos evolutivos. Se enumeran los principales, le les decribe y compara y se les asignan una o varias posiciones en el arbol evolutivo (un gráfico en la página 12 resume el planteamiento del libro). A lo largo de sus páginas se exponen las diversas teorías sobre el origen geográfico del homo sapiens y de su distribución a lo largo y ancho del planeta, así como su relación con otras especies de homo contemporáneas.
Con todo, creo que es especialmente reseñable el apartado dedicado a explicar los resultados obtenidos con el ADN y los diversos tipos de análisis que se realizan, así como el capítulo final, que incluye el siguiente párrafo:
"Una de las principales lecciones de la historia de la evolución humana es que ésta careció realmente de dirección y lo insignificante que fue su comienzo y continuación. Si no hubiese habido cambios importantes en la Tierra hace 65 millones de años, la dominación de los reptiles sobre mar y tierra no se habría interrumpido, y la gran irradación de los mamíferos, incluidos nuestros antepasados primates, no habría comenzado.
Hace 30 millones de años, nuestros antepasados eran pequeñas criaturas tipo mono que habitaban en los árboles y, hace 4 millones de años, nuestros antepasados eran todavía en parte arbóreos, pero, ahora, en forma de simios con locomoción bípeda [...]."
En resumen, no somos nadie y no somos más que las demás especies que pueblan o han poblado el planeta. Somos tan fuertes o tan frágiles como ellas y no estamos exentos de una hipotética extinción. Pobre Dios.

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