Pues eso, que hoy me sumo al run run de la felicidad universal. Y es que ni un ateo irredento como yo es inmune al ambiente de buenas vibraciones de estas fechas. Ya vendrá enero.
Me había prometido a mí mismo no escribir nada más sobre Cataluña, pero me resulta imposible quedarme callado. Como observador de la realidad económica y social pensaba que después de la crisis tan brutal que hemos atravesado ya no me quedaban sucesos extraordinarios por vivir. Qué equivocado estaba, otra vez.
La primera cuestión que me quiero plantear es cuál es el origen del conflicto. Los separatistas (no diré catalanes, porque los hay que no son separatistas, y en el resto de España hay separatistas no catalanes), arguyen que el origen se encuentra en la humillación sufrida con el Estatut por parte del Tribunal Constitucional. A esa afrenta original le han ido sumando otras alrededor para terminar de dar forma a un conjunto de causas cuya única solución es la separación del resto de España. Ahí entraría el “España nos roba”, el relato de una España neofranquista y opresora que quiere cercenar la libertad de los catalanes y su democracia. En resumen, la única posibilidad de alcanz…
Érase una vez, en un país de clima templado y variada orografía, unos cerdos seleccionados por generaciones de ganaderos, adaptados a la dehesa, en una simbiosis casi perfecta entre humanos, árboles y gorrinos. Dichos cerdos, alimentados como manda la tradición daban lugar a uno de los manjares más apreciados del planeta. Dentro y fuera del país, las gentes alababan su sabor, y en los mercados su precio estaba a la altura de un producto con baja producción (limitada por el clima y las bellotas, y por la extensión de la propia dehesa, así como por la lentitud del proceso de engorde), bajas productividades y una exclusividad casi natural. Sin embargo, la demanda apretaba y la tentación de acometer atajos era cada vez mayor. Se podían alimentar cerdos de ese tipo en cebaderos, logrando que ganaran peso antes, aunque entonces los jamones ya no salían con la misma calidad organoléptica. También se podía recurrir a la genética, obteniendo ejemplares híbridos con una mejor tasa de conversión.…
La crisis de recursos asola el planeta. Las grandes urbes concentran la mayor parte de la población y consumen ingentes cantidades de alimentos y energía. En los cinturones industriales de estas, se arraciman las empresas de producción de nutrientes. Las proteínas necesarias para estos centros superpoblados hace tiempo que dejaron de ser de origen ganadero: en las fábricas se elaboran sintéticamente las carnes más finas, productos que recuerdan vagamente en su textura a las de vacas o cerdos. Pero la mayor parte de la gente se debe conformar con las barritas procesadas en los criaderos de insectos. Los minerales y sales básicas se distribuyen a través del circuito de agua para beber, claramente separado del resto, ya que los tratamientos de descontaminación son demasiado costosos para aplicar a todo el suministro. Incluso los vegetales naturales son escasos y se concentran en unas pocas especies que se cultivan en invernaderos-factorías de los que salen ya listos para el consumo de los…
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