Los problemas de la economía española hoy

Llevo algunos meses contando en esta web que el empleo no iba bien, que debajo de los movimientos de subidas y bajadas estacionales, se podía observar un movimiento de clara desaceleración. El comienzo de año está siendo muy poco alentador en este capítulo y hoy el Banco de España recortará la previsión oficial de crecimiento hasta el 2,5%, cifra por debajo de nuestro PIB inercial (3-3,5%).
Los problemas a los que nos tenemos que enfrentar a corto plazo tienen que ver con cuestiones de carácter coyuntural, como la complicada absorción de los excedentes laborales de la construcción, pero otras tienen una naturaleza estructural.
El primero de esos problemas estructurales es la inflación, cuyo indicador adelantado arroja una tasa interanual del 4,6%, la mayor en mucho tiempo. Esta inflación, que hasta ahora podía explicarse por una mezcla de demanda interna muy dinámica y aumento de los costes energéticos, se nos muestra ahora de forma expansiva, precisamente cuando la demanda interna tiende a moderarse. Por tanto, la naturaleza de esta elevada inflación hay que buscarla en el lado de la oferta y no en el de la demanda. Esta inflación nos dice que los costes de nuestras empresas no pueden seguir encajando los aumentos del petróleo y que deben buscar un respiro por el lado de los precios unitarios. Esta inflación, que sigue siendo una de las más altas de Europa significa también que seguimos perdiendo competitividad en el exterior, precisamente ahora que necesitaríamos el socorro de la demanda externa para aliviar la situación interna de nuestra economía.
El otro problema es, a mi juicio, uno de los viejos conocidos de esta página: los escasos aumentos de productividad. Esta afirmación puede verse contradicha a corto plazo en la medida que la construcción elimine empleos, ya que no en vano es uno de los sectores con peores resultados en el comportamiento de la productividad, aunque nuestra posición en los indicadores de utilización de TIC y la marcha de nuestra I+D+i siguen siendo muy tozudos y nos muestran que no estamos siguiendo el camino de los que están por delante.
La economía española ha ganado flexibilidad en los últimos años (la prueba es la rápida reacción de la construcción de vivienda ante los datos que expresaban el estallido de una burbuja a la que no le había dado tiempo de desinflarse del todo).
Las soluciones de corto plazo parecen claras: política fiscal al canto, bien recortando impuestos, bien aumentando el gasto público de inversión, bien una combinación de ambos; pero nuestro problema es de largo alcance, debemos modificar radicalmente las bases de nuestro sistema productivo y para ello el Estado debe arbitrar los incentivos adecuados para que esta transformación se agilice. Aunque también podemos soñar con que todos los europeos mayores de 65 años quieran comprarse una casa en España, en cuyo caso, ladrillos, salud y tumbas serían los grandes beneficiados.

Comentarios

  1. La solución sueño tiene otro pequeño inconveniente. Si uno ve el territorio como un recurso (que es una magnífica aproximación) si vienen europeos a comprar casas vamos agotando el recurso. y no es infinito. Más que nada porque los europeos no quieren vivir en la Mancha sino en la costa, a poder ser en primera linea de playa. Así que lo que agotemos del recurso hoy es algo que no quedará para mañana.

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