¿Que será, será?

Hoy os dejo la presentación que realicé para una Jornada sobre despoblamiento del interior, organizada por el Instituto de Estudios Almerienses. Y una novedad, también adjunto las notas:


1.
En primer lugar quiero agradecer al Instituto de Estudios Almerienses la invitación a esta Jornada. Este agradecimiento es doble, por un lado el tema es apasionante y por otro, me hacen el inmenso placer de proponerme participar en una terna con Andrés Sánchez Picón y Rodolfo Caparrós. Espero hacer honor al resto del cartel y no defraudarles demasiado.
2.
La charla estará dividida en 4 apartados, comenzando por la constatación de algo que todos sabemos, pero que se nos olvida cuando centramos el foco en un problema concreto: esto es, que el mundo está cambiando y que algunos de esos cambios globales tienen mucho que ver con lo que estamos aquí debatiendo. En la segunda parte abordaremos precisamente las repercusiones en Almería de las tendencias de fondo. A continuación intentaremos diagnosticar la situación de lo que he denominado el Interior en peligro, para finalmente proponer algunas reflexiones sobre la situación.
3.
Mal que nos pese, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se ha ido estrechando merced a una fuerza que hemos denominado globalización. A diferencia de las anteriores oleadas globalizantes, en esta ocasión no sólo estamos acortando las distancias y abaratando el transporte, ni siquiera estamos innovando en el desplazamiento masivo de personas; en la nueva globalización la clave diferenciadora es que estamos transportando información casi en tiempo real. La herramienta que nos lo ha permitido ha sido la revolución de las TIC. Así, en el nuevo mundo que estamos alumbrando la disponibilidad de materias primas se ha vuelto irrelevante (a no ser que estemos hablando de elementos estratégicos como el petróleo), lo que ha provocado una enorme redistribución de la producción mundial, primando los grandes centros de consumo y de transformación, en los que se producen las economías de escala y aglomeración abaratadoras de coste.
Esta globalización tiene repercusiones demográficas, destacando algunas tendencias de fondo:
1. Pérdida de peso del mundo rural frente al urbano
2. Proceso de envejecimiento en el primer mundo y una situación de explosión demográfica en un tercer mundo que aún no ha finalizado su transición demográfica.
4.
Este gráfico es una constatación de la primera de las tendencias. Las previsiones de la ONU señalaban que en algún momento entre 1995 y 2015, habría más seres humanos en las ciudades que en los pueblos del ámbito rural. Lo cierto es que ese umbral lo traspasamos ya en 2007.
5.
Lógicamente, el proceso no es homogéneo. En el primer mundo la población urbana ya sobrepasa el 70%, mientras que en Asia y África, los porcentajes apenas llegan al 40%. El avance del mundo urbano tiene enormes repercusiones sobre el entorno rural, no sólo desde el punto de vista del vaciamiento del mismo, sino también en nuevos requerimientos alimentarios que provienen de las ciudades. El caso paradigmático es el de China, en el que los consumidores están virando sus hábitos alimenticios hacia los cánones occidentales, lo que significa más trigo y más carne de vacuno.
6.
En España, como en el conjunto de Europa, las ciudades engloban a la mayor parte de la ciudadanía: un 66% habita en ciudades de más de 10.000 habitantes, pero hasta un 18% más se encuentra en ámbitos intermedios.
7.
Otra de las tendencias de las que participamos en nuestro país es del aumento del envejecimiento. En este gráfico se pueden ver las tasas de población senil (más de 65 años) e infantil (16 y menos años) entre 1981 y 2008. Como se ve, a pesar de haber vivido un proceso de inmigración sin precedentes en nuestra historia y que nos ha situado en 46 millones de habitantes en un tiempo impensable, el envejecimiento ha seguido creciendo y supera ya el 17%, al tiempo que la población infantil disminuye.
8.
Como ya se ha comentado antes, Almería no es una excepción y en nuestro territorio asistimos a comportamientos demográficos similares a los de nuestro entorno europeo, aunque en nuestro caso el envejecimiento si que se ha logrado reducir merced a la inmigración. Pero, además, se ha producido un cambio primordial, ya que tanto la población como la renta se han concentrado en la estrecha franja litoral.
9.
En concreto, el índice de urbanización almeriense es superior al nacional y alcanza el 75%.
10.
En este otro gráfico podemos contemplar la evolución de la población litoral e interior de la provincia desde 1900. Resulta evidente la pérdida de peso del interior frente al empuje irrefrenable de la costa.
11.
En este otro podemos observar cómo los pueblos del litoral son los que presentan un mayor pulso económico (medido en relación a su capacidad para crear empresas nuevas)
12.
Pasemos ahora a hablar de los municipios que nos han traído aquí, aquellos de la provincia que tienen menos de 200 habitantes y que vienen sufriendo una prolongada sangría demográfica. Estos pueblos presentan un pulso demográfico débil, incluso peor que el conjunto del interior provincial. También presentan un mayor envejecimiento relativo (recordemos que en el conjunto de la provincia se ha mejorado).
Por otra parte, el proceso no es nuevo y podemos decir que se lleva produciendo desde hace ya 7 décadas.
13.
Como decía el proceso es largo. En este gráfico se puede ver la evolución de la población provincial, así como del interior y de los pueblos en riesgo. Nótese que en los dos últimos tramos, en el interior se logra revertir el proceso, mientras que en los pueblos en riesgo sólo se logra un cierto estancamiento del número de habitantes.
14.
Visto con un poco de mayor detenimiento, podemos comprobar que, en realidad, en los últimos 8 años, se ha cambiado la tendencia en el conjunto de los municipios en riesgo. El gráfico representa para cada período de años la tasa de variación anual acumulada de la población. Aparte de la variación en la tendencia, se puede comprobar también el intenso drenaje sufrido en 8 de las décadas del siglo pasado, particularmente en el período 1981-1991.
15.
Lógicamente, el tan dispar pulso demográfico y económico tiene su reflejo directo en las diferencias de renta. Concretamente, la renta declarada per cápita en el interior en riesgo es tan sólo el 48% de la del conjunto provincial.
16.
También es mucho más intenso en ellos el proceso de envejecimiento. Casi un tercio de la población tiene ya más de 65 años, por lo que las probabilidades de impulsar la actividad o de dinamizar la sociedad son poco elevadas.
17.
Sin embargo, nuevamente hay que hacer una consideración en este diagnóstico. La situación no es homogénea. En nuestro interior en riesgo hay aún un rayo de esperanza.
18.
En este gráfico se ha representado el porcentaje que supone la población de 2008 con la que había en el año 1900. Obviamente, en ninguno de los pueblos se ha superado aquella cifra, pero el arco de variación abarca desde el 75% hasta poco más del 15% (la línea marca la media del conjunto).
19.
A esto, hay que sumarle un rayo de esperanza. Si descomponemos el saldo demográfico de los últimos diez años entre españoles, europeos de la UE y extracomunitarios, podemos ver que, si bien el drenaje continúa entre los almerienses de origen, los inmigrantes han logrado dar la vuelta a la tortilla, principalmente inmigrantes de la UE que suelen ser lo que se ha denominado turistas residenciales, lo que supone un amplio abanico de oportunidades para estos pueblos.
20.
Sin embargo, el reto es muy complicado. El despoblamiento es el disparador de un círculo vicioso que produce emigración, envejecimiento y, finalmente, más despoblación
21.
Finalmente, hagamos una serie de reflexiones que nos sirvan para lanzar el debate que vendrá a continuación. En primer lugar queda claro que renta y población están altamente relacionadas. También es evidente la contribución de los equipamientos públicos y las infraestructuras al desarrollo de los municipios. Pero lo importante es, sobre todo, la disminución de las diferencias entre los municipios en riesgo y su entorno inmediato. Las diferencias se amplían en una provincia como la de Almería en la que la costa tiene un impulso tan arrollador.
La disponibilidad de materias primas se ha vuelto, en cierto modo, irrelevante, siendo ahora lo importante los costes, el mercado y, sobre todo, la incursión en las redes de información.
22.
– la sociedad se urbaniza, pero también valora enormemente el ámbito rural, no sólo por cuestiones de identidad, sino también por razones ambientales y hasta estéticas.
– La información y el conocimiento no necesitan un lugar concreto, pero también es cierto que sus poseedores demandan bienes culturales y unos equipamientos públicos de alto nivel.
– Al reducirse los costes de transporte, el tiempo ha pasado a ser mucho más importante que el espacio. Lo que significa que la combinación de infraestructuras de transporte físicas y lógicas deben mejorarse y aprovecharse.
– Finalmente y, aunque sea una obviedad, el mundo seguirá necesitando bienes ambientales (cada día más conocidos y valorados) y alimentos.
23.
En este orden de cosas, no hay que olvidar dos detalles:
1. No parece que las conexiones a las redes lógicas sea una prioridad para los ciudadanos de la zona, y
24.
2. La pirámide de población y el tiempo corren en contra nuestra
25.
Y, para no dejarles con un mal sabor de boca, les traslado un pensamiento del que fuera general y presidente de los Estados Unidos:
“El mundo pertenece a los optimistas, los pesimistas son meros espectadores”

Comentarios

  1. Alejandro Soler2:55 p. m.

    Muy buena tu exposición. Me parece especialmente interesante la paradoja que se da en cuanto a la ubicuidad del conocimiento y el perfil de las personas generadoras de este, como demandantes de servicios avanzados que no se encuentran en el interior.

    Quizá romper este "gap" sería una buena estratégia de los municipios para atraer savia nueva.

    Saludos.

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