Palabras de 2010




Hace un año, por estas fechas me puse en modo Gurú y, envuelto en una túnica tan colorida como las de Rapel, sintonizando la bola de cristal en Frecuencia Modulada (con decodificador), predije algunas palabras de las que con toda seguridad oiríamos hablar en 2009. La verdad es que el ejercicio era sencillo, lo de la recesión estaba cantado, lo mismo pasaba con facebook y las redes sociales.
Lo del mobilenet (®) era más atrevido y, claro, no se produjo. De cara al 2010 que se avecina he pensado que no estaría de más repetir el ejercicio para así ver dentro de 12 meses cuanto de desincronizado estaba mi olfato con la realidad.
Hace un año hablaba de los lectores digitales. A lo largo de los meses he ido siguiendo los muchos movimientos que a este respecto ha ido habiendo. A  Amazon se le han sumado otras grandes cadenas de librerías (como Barnes&Noble) y han surgido multitud de esfuerzos en este sentido, desde el lado de las tecnológicas, desde el lado de las editoriales y desde todos los lados. De hecho, si no ando muy descaminado el lector digital de libros va a comenzar a ser uno de los productos más vendidos estas Navidades. La tecnología ya está probada y los precios comienzan a ser atractivos para el común de los consumidores. Este lector digital (que acabará siendo multimedia y multiuso –el Mobilenet–) tendrá para el mundo editorial un impacto tan demoledor como lo fue la aparición de Napster para la industria de la música. Los libros van a ir abandonando poco a poco el papel. Y a medida que lo hagan, las librerías comenzarán rápidamente a declinar, muchas editoriales pasarán a mejor vida y, posiblemente, el trabajo de los editores no encontrará muchas posibilidades de rentabilizarse. El caso de los escritores es, si cabe, más complicado que el de los músicos, ya que éstos pueden cobrar por su música en directo, cosa que un escritor tiene más complicado, a no ser que se convierta en un ser multimedia y sea capaz de cobrar por apariciones en los medios, y por asistencia a conferencias. Lógicamente, los estertores de este negocio que apenas ha sufrido variaciones desde la aparición de la imprenta serán fuertes, violentos y, me atrevo a decirlo, completamente estériles. La tecnología es ya un motor de cambio tan importante en nuestra vida que no sería de estrañar que se convirtiera en breve en un motor de evolución de nuestra propia especie (¡TOMA YA PREDICCIÓN MILENARISTA!).
Otra palabra que espero escuchemos en el 2010 será recuperación, normalmente acompañada de los adjetivos insuficiente o débil. A su alrededor siempre aparecerá la palabra reforma y, en una mayoría de las ocasiones acompañada de la siguiente cadena de lexemas: "del mercado laboral". Y es que pasado lo peor de la crisis a lo largo de este 2009, lo esperable para el año que comienza es una leve mejoría de la situación económica, pero tan leve que no se vea acompañada de una mejora paralela de las cifras de empleo, enpujando a los políticos y a los llamados agentes sociales a buscar nuevos caminos para el mercado de trabajo.
Relacionado con lo primero y con lo segundo que hemos comentado, el mundo de las comunicaciones en España verá como el relativamente variado panorama que nos prometíamos con la TDT (la única ventaja del derrochador apagón analógico) se verá mermado con el proceso de fusiones entre medios de comunicación. Por otro lado, la ubicuidad será la característica más relevante de la forma en las que accedemos a la información: tv, diarios, ordenador, móvil, netbooks, lectores digitales, MP3, etc. Y esto condicionará la organización y el funcionamiento de las redacciones, más multimedias que nunca. Sin contar con el papel de los propios consumidores de información como prescriptores, correctores o simplemente comentaristas de las noticias.
Nuevamente en el terreno de los servicios oiremos un montón de veces las palablas globalización (con la mejora de las economías seguramente se redoblarán los esfuerzos de las empresas por posicionarse en el mercado global), liberalización y concentración (ésta como respuesta a las anteriores). La Ley Omnibus pretende provocar una vuelta de tuerca en algunos de los sectores más protegidos de la competencia. Si el invento funciona bien, dada la importancia de este sector en nuestra economía, a lo largo de los meses podríamos ir viendo algunas interesantes repercusiones.
Casi para acabar, creo que otro concepto que seguro tendrá un gran impacto será el de servicio universal de acceso a Internet. En la medida que el Gobierno vaya dando pasos en la dirección de establecer este servicio, el panorama de la presencia de internet en la vida de los españoles podrá resultar absolutamente transformado y ampliado en muchos niveles de magnitud.
Y, otro año más, el concepto de multidistribución, o generación distribuída, que irá calando en más y más ámbitos: la energía, los medios de comunicación (en los que la web 2.0 ha sido un verdadero revulsivo), los servicios tecnológicos, legales y fiscales, de enseñanza, de ocio, ...
Seguro que me estoy equivocando, pero ¿y lo bien que voy a quedar conmigo mismo si acierto? ;-)
¡¡FELIZ 2010!!

Comentarios

  1. Veremos tu predicción.

    Respecto a la recuperación Joaquín Estefanía es algo más pesimista que tú.

    http://www.elpais.com/articulo/portada/decada/perdida/elpepusoceps/20091227elpepspor_6/Tes

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