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Mostrando entradas de diciembre, 2010

La Ley Sinde: churras con merinas

Anoche no podía dormir. Así que me acosté con el ordenador y me puse a repasar el twitter con detenimiento. La mal llamada Ley Sinde lo estaba petando. Desde su descalabro en el Parlamento la semana pasada, sigue siendo uno de los temas más comentados en la red de microblogging. Desvelado como estaba me leí algunos artículos sobre el tema. Varios de David Bravo , uno de Berto Romero en Público  y otro de Ramoneda en El País . Como no lo tenía claro y no tenía sueño (o sea, tenía tiempo) me dio por ojear-leer el Proyecto de Ley de Economía Sostenible en el que aparece el elemento de disensión en forma de disposición final primera. Y eso es lo primero que me llamó la atención. Una ley que intenta fomentar la competitividad e internacionalización de las empresas, una ley que aboga por la transparencia y la eficiencia en las Administraciones Públicas, una ley que favorece el desarrollo de la economía del conocimiento, una ley que se ocupa de la producción de energía primaria y que prete

Resumiendo 2010

Como resultados principales de este ejercicio económico hay que destacar la reactivación de la actividad a partir del primer trimestre del año, aunque bien es cierto que con unos niveles muy débiles que no permiten aún mostrarse optimistas en demasía con respecto al futuro inmediato. Tanto el ISINO como el propio dato del PIB muestran un comportamiento similar, señalando el final de la recesión pero sin mostrar el brío que cupiera esperarse. Las razones a esta debilidad están relacionadas con la profundidad de la crisis, pero también con la incertidumbre de los agentes económicos españoles y la naturaleza financiera del conflicto. En un escenario de deflación de deuda el ajuste se hace más complicado y prolongado, ya que a las circunstancias comunes de cualquier crisis, se le suman las rigideces financieras. Japón ya vivió algo similar durante la última década del siglo pasado, aunque agravada por un proceso deflacionario en los precios finales de los bines y servicios nipones. Por otr

Felices fiestas 2010-2011

Hecho con un iPhone, Talking Tom e iMovie.

Tiempo de revolución

Anoche llegué a mi casa después de asistir a la entrega de premios de La Voz de Almería en la que, por cierto, destacó la orquesta (aunque con un volumen demasiado alto que llegaba a molestar en algunas notas) y el número cómico que sirvió de desatascador a lo largo de sus 3 intervenciones. Durante la última parte del cocktail estuve interviniendo (más como oyente que otra cosa) una interesante conversación entre dos queridos amigos sobre si la actual crisis es una más de las muchas crisis que el capitalismo ha dado, o de si se trata de algo más profundo. De vuelta a casa, en el coche, recordé la conferencia de Carles Manera a la que asistí la semana pasada en la que hablaba de una nueva revolución industrial. También recordé una conferencia impartida por mi (a veces tengo memoria de pez) hace dos años, en la que hablaba de las crisis superpuestas . Y, esta mañana, nada más despertarme, incluso antes de enfrentarme a la dura tarea diaria de reconocerme en el espejo, me volvió a la

El homo sapiens tecnologicus

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A los economistas siempre nos ha gustado creer que la economía tiene mucho que ver con las ciencias llamadas puras, o exactas. En el fondo, es muy tranquilizador que los sucesos puedan predecirse, como que a nivel del mar el agua hierve a 100º C. También es muy sensato pensar que las tendencias registradas en el pasado nos puedan servir para predecir el futuro o, más exactamente, para poder influir sobre ese futuro. Sin embargo, de vez en cuando, se nos viene encima un acontecimiento tan enorme como la presente crisis financiera internacional, y entonces nos encontramos como esos niños que son felices con su chupa-chup en la boca justo hasta darse cuenta de que en el palo ya no queda ningún caramelo. Por mucho que insistamos en decir que algunos economistas lo vimos venir, la verdad es que casi nadie acertó ni en el cómo ni, sobre todo, en el cuánto. Tiendo a pensar que el problema real de la economía es que trata de explicar el comportamiento humano dentro de los estrechos márgen