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Mostrando entradas de julio, 2012

La boca del Nilo, de León Arsenal

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A partir de una no muy documentada expedición romana en busca de las fuentes del Nilo, el autor teje una historia épica de aventuras y descubrimientos. Aunque es una novela coral, el principal protagonista resulta ser un comerciante llamado agrícola, que se une a la expedición en nombre de algunos comerciantes de Alejandría, para estudiar las posibilidades de la ruta. Agrícola rememora el terrible viaje años después, en medio de un banquete. A su recuerdo acuden los dos jefes de la expedición, su enfrentamiento personal y el extraño triángulo que forman con una sacerdotisa enviada por los reyes de Meroé (Nubia). Durante la travesía se tienen que enfrentar a un grupo que intenta sabotearles, a indígenas que les atacan, animales desconocidos y a las penosas condiciones de un largo, muy largo viaje. Se nota que el narrador es un conocedor de la estructura del ejército romano en los tiempos de Nerón y que se ha documentado de forma excepcional para hablar del trayecto y de los pueblos

Default made in Spain

La prima de riesgo está por encima de 630 cuando escribo estas líneas. De Guindos insiste en su comparecencia que no habrá rescate a España y el ministro alemán de finanzas explica que España no será la nueva Grecia. Si los ministros español y alemán tienen razón ¿qué hace la prima batiendo records? Resulta evidente que el precio que el mercado asigna a los bonos españoles es cada vez mayor con referencia al alemán, es decir, que se les atribuye una mayor probabilidad de impago. Si la prima fuera solo un indicador, si no tuviera repercusiones sobre los costes financieros del Estado, esto no resultaría problemático. Pero ese diferencial creciente entre España y Alemania (eso es la prima de riesgo) encarece nuestra deuda y acerca de forma peligrosa un escenario que hace un año nadie creía posible y hoy es una posibilidad más que plausible, por mucho que los ministros se empeñen. La economía española no reacciona a las medidas que se llevan tomando desde junio de 2010. Los sucesivos rec

Lágrimas en la lluvia, de Rosa Montero

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En la inolvidable Blade Runner, el replicante tiene al cazador prácticamente en sus manos. Pero es tarde, demasiado tarde, y entonces le dice unas palabras que resumen la fragilidad de su existencia: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas en el cielo de Orión. Brillar Rayos C en la oscuridad, cerca de la Puerta de Van Hauser. Todos esos instantes se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir" . Y entonces se queda callado, muerto bajo la lluvia, posiblemente ocultando una última lágrima. Rosa Montero deja claro desde el principio que sus replicantes no son los de Philip K. Dick y la original "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" , pero son muy parecidos y deben ese nombre a la película que es una referencia constante a lo largo del texto. Madrid, 2109. Es el futuro; tras muchas guerras los estados de la Tierra se han unificado, se ha contactado con civilizaciones extraterrestres, hay dos mundos arti

Mi planta de naranja lima, de José Mauro de Vasconcelos

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Antes de nada debo aclarar una cosa: soy un llorica. Tengo la lágrima fácil: lloré cuando murió Chanquete, cuando murió la madre de Bambi y hasta en Buscando a Nemo. Y te digo esto porque durante el rato que me duró esta novela (literalmente, la leí del tirón) reí, lloré, volví a reír y terminé llenando de goterones la última página, y es posible que cualquier otro lector vea sensiblería donde yo veo emoción. El argumento es sencillo: el mundo visto a través de los ojos de un niño de 5 años muy especial. Se trata de una especia de viaje iniciático en el que el personaje (el mismo Vasconcelos) descubre la ternura. Y la encuentra allí donde menos la esperaba , porque las condiciones de partida no eran precisamente las mejores: una casa en la que los hijos mayores deben encargarse de los pequeños porque la madres siempre está trabajando y el padre se pasa el día sufriendo por estar en paro . El resultado es que creo que no he leído nada escrito con tanta ternura desde que me enfrenté,

La casa pierde, de Juan Villoro

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Justo acabo de leer la última frase del libro: "el relato lo toca lo suficiente para desear mi destrucción: decide publicarlo". Y he sentido la necesidad de apresurarme a escribir la reseña, para no olvidar, para poder afirmar aún con el eco de las últimas sílabas que Villoro es un gran fabulador. La casa pierde es una colección de cuentos que mantiene como nexo común el protagonismo de hombres fracasados. En algunos casos, el fracaso es sobrevenido, aunque en la mayoría se trata de una característica fuertemente arraigada en la personalidad de los personajes. No obstante, tengo que reconocer que alguna de las narraciones se me ha hecho un poco larga, aunque no ha sido precisamente las más numerosa en páginas. No se si se ha debido a la puntuación, al particular uso del lenguaje, tan mexicano, o a las condiciones de lectura, siempre bajo un sol de justicia a las horas intempestivas que en verano se roban a la siesta en las playas. Sin embargo, el regusto final es excelente.