Donde dije digo, digo Diego

O cómo Apple se ha tirado al monte de los PC, cambiando de golpe su estrategia.
La economía de la empresa no es lo mío, pero soy un usuario Apple desde 1990 y, como todos los de la tribu Apple saben, solemos tener una tendencia superior a la media de los usuarios informáticos a estar informados de los avatares de la empresa fabricante de nuestras máquinas.
La cosa es que, desde tiempo inmemorial, una de las cuestiones que diferenciaban a los Mac de los PC con Windows era el origen de su procesador. Primero fueron los Motorola, más tarde los PowerPC de IBM, procesadores que ahora portarán todas las consolas de videojuegos de última generación. Pero Apple ha roto con ese pasado diferenciador y ha optado por montar procesadores Intel a partir de 2006. ¡Anatema! Ahora serán MacIntel, demasiado parecido a Wintel.
Sin embargo, este paso que a muchos les ha escocido, a los muchos usuarios integristas, que en Mac abundan, encierra un inteligente cambio de estrategia cuyo último objetivo presumo que es aumentar de forma considerable la cuota de mercado de Apple.
Vayamos por partes, hace unos años, Apple intentó (ya demasiado tarde) licenciar su sistema, logrando hacer aún menor su cuota de mercado. Eran malos tiempos para la lírica y aún peores para los Mac, con unos PC bajando de precio y aumentando prestaciones cada dos días y un floreciente mercado de software pirata, prácticamente institucionalizado (ya que las instituciones financiaban con sus compras de soft a altos precios, el desembarco de Microsoft en los ordenadores de la mayor parte de los particulares).
Después de esos oscuros tiempos, Steve Jobs volvió a la empresa y terminó convertido en el iCEO (interim CEO), al tiempo que se sacaba de la chistera el iMac. Y la historia cambió. El siguiente gran hito de la empresa, a mi modo de ver, ha sido el iPod, el reproductor MP3 de mayor éxito del mercado. Este aparatejo al principio sólo funcionaba con los Mac. Pero pronto saltó las barreras de las arquitecturas y comenzó a entrar en las casas de los usuarios Wintel. Y resultó que sus euros y sus dólares eran tan buenos como los de los usuarios Apple de toda la vida. El binomio entre el iPod y la ITMS(iTunes Music Store) ha situado a la empresa de la manzana por primera vez en mucho tiempo en la cresta de la ola, ha revitalizado su imagen de marca y ha mejorado la venta de Macs, mucho más que la campaña Switch. Un primer paso para acceder a esos consumidores acostumbrados al Windows ha sido el MacMini, un mac de bajo coste que reaprovecha los periféricos del PC.
Y, ya que se han roto los tabúes, ¿por qué no ir a por todas?
Pero, ¿cómo? Ya se sabía que había una versión del sistema corriendo sobre Intel, pero no era lo mismo ya que no tenía la interface de usuario. Sin embargo, con este nuevo paso Apple mata varios pájaros de un solo tiro. Primero, se garantiza estar a la altura de los PC en el tema de los procesadores, ya sea poca o mucha altura. Por otro lado, evita los problemas de abastecimiento de chips de IBM, lo que se hubiera (casi seguro) empeorado ya que el mercado de las videoconsolas es más atractivo que el de Mac: se venden más y se actualizan con menos repidez. Por último, pondrá en el mercado máquinas que podrán correr Windows de forma nativa y que tendrán dos valores añadidos nada despreciables: un bonito diseño y un Tigre como sistema operativo alternativo. Posiblemente, el acceso a los escritorios de los consumidores medios será menos traumático y la cuota de mercado de Apple, aumentará.
¿Y qué decir de los precios? Los usuarios de toda la vida podremos beneficiarnos de menores precios, y los nuevos estarán más dispuestos a dar el salto, ya que éste nunca habrá sido más fácil.

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