Primates al este del Edén
![Imagen](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD0uwPfLuVIdOk8uTgpeYuFrJCkMgUjt5YhTyfEjSjX-yvZl0NMIHqE8UmqLBtoZSsFAXszxkL200YDrTQbTJ-fJHbmGgLgJATJI0hKu8p956dp7l7u-goG08JFuqmwkbSR_FhVqqpqKYg2gLash-qq6zM3QWmpbcC7-RkONB7RZflvsrzNjzR/w271-h400/IMG_1607.webp)
Quién me siga desde hace tiempo –mamá, esto va por ti– sabrá que mi primera vocación fue la de biólogo (la primera seria, porque antes fue militar, misionero o pirata bucanero). Comencé la carrera de Empresariales por una mezcla de limitaciones presupuestarias y estimaciones de probabilidad de éxito profesional. Mi plan era demostrar por la vía de los hechos que aquello no iba conmigo, dejándome llevar y suspendiendo sin media, de forma que mis padres reconsideraran mi plan de hacer Biología en Sevilla. Pero la economía me enganchó. Me di cuenta de que, en realidad, era un mero “caso particular” de la biología, en el que la unidad de cuenta era el dinero en lugar de la energía, pero en el que, en esencia, se producían también transferencias de materia y energía. Primates al este del Edén De aquella primera vocación me quedaron dos ligeras “taras”: una tendencia hacia la economía ecológica , con su preocupación por las bases materiales de las economías y una pasión desbocada por todo lo