Vargas Llosa ha cumplido sobradamente con mis expectativas . Ésta es una historia de amor discontinua y trágica, como deben ser las historias de amor verdaderas, esas en las que alguien da su corazón y su alma al ser amado. Y lo hace sólo para ser luego desgraciado, muy desgraciado, en el momento en el que te rompen el alma o el corazón. Un hombre anodino, una especie de maniquí que se conforma con ver pasar la vida desde el escaparate y que, de vez en cuando, ve rota su cansina rutina con la aparición casi siempre casual de la niña mala. Un amor de adolescencia que nunca se acaba y que siempre es defraudado, porque una y otra vez la niña mala lo usa, le trastoca la vida, y luego lo abandona hasta la próxima aparición. A lo largo de la novela, la historia del Perú y de Europa se asoman a la mirada del lector, pero más como una nota a pié de página que como una información necesaria para la marcha del relato. Incluso, en este leve repaso, Vargas Llosa no olvida dejar constancia de los