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Mostrando entradas de agosto, 2005

Cuando la casualidad empuja

Andaba desde ayer dándole vueltas a dos posibles artículos. Uno de ellos versaría (versará, espero) sobre el los cambios que el movimiento de los Blogs, Podcasts y Videocasts están significando con respecto a la democratización de la sociedad y a la modificación de las pautas tradicionales de información. El segundo, un poco más atemporal, quería dedicarlo a poner en el papel (que eufemismo, en realidad en el monitor de mis lectores) algunas reflexiones que he venido realizando en los últimos tiempos, en los que me he dedicado con fruicción a leer historia. Una de esas reflexiones era la caducidad. Hasta ahora, con excepción hecha de nuestra propia existencia, todas las obras humanas han caducado, han muerto: las civilizaciones, muchas más de las que pensaba hace tan sólo 25 años colapsan, los imperios se desmoronan, los sistemas ecnómicos se suceden... Y, sin embargo, nosotros nos seguimos comportando con la actitud del que se piensa infalible. Pues bien, acabo de leer en El País un a

La economía de la provincia de Almería (I)

El pasado 22 de Julio se presentó en la sede de Cajamar un libro que está llamado a convertirse en la referencia de la economía provincial. Editado por el Instituto Cajamar ,ha contado con la colaboración de numerosos profesionales de la provincia y de autores de reconocido prestigio fuera de ella. Inicio aquí un repaso a los capítulos del libro, de 700 páginas, ya que la labor de reseñarlo de una vez y al completo se me antoja poco menos que imposible, sobre todo dada mi impaciencia congénita. A lo que vamos. El libro arranca con una reflexión genérica elaborada por Jerónimo Molina que repasa a grandes rasgos el pasado inmediato, el presente y se atreve a entrever el futuro, del que destaca la necesidad de sosiego en la enfebrecida actividad inmobiliaria, actualmente uno de los principales impulsores del crecimiento y del empleo y, por tanto, sector estratégico en el futuro inmediato de la provincia. Es recomendable leer con detenimiento los párrafos en los que se hace referencia al

Donde dije digo, digo Diego

O cómo Apple se ha tirado al monte de los PC, cambiando de golpe su estrategia . La economía de la empresa no es lo mío, pero soy un usuario Apple desde 1990 y, como todos los de la tribu Apple saben, solemos tener una tendencia superior a la media de los usuarios informáticos a estar informados de los avatares de la empresa fabricante de nuestras máquinas. La cosa es que, desde tiempo inmemorial, una de las cuestiones que diferenciaban a los Mac de los PC con Windows era el origen de su procesador. Primero fueron los Motorola, más tarde los PowerPC de IBM, procesadores que ahora portarán todas las consolas de videojuegos de última generación. Pero Apple ha roto con ese pasado diferenciador y ha optado por montar procesadores Intel a partir de 2006. ¡Anatema! Ahora serán MacIntel, demasiado parecido a Wintel. Sin embargo, este paso que a muchos les ha escocido, a los muchos usuarios integristas, que en Mac abundan, encierra un inteligente cambio de estrategia cuyo último objetivo pres

My guestmap

Acabo de descubrir, gracias al Podcast Comunicando esta pequeña aplicación desarrollada en Brasil que, aprovechando el servicio de mapas de Google permite mantener un libro de visitas en el que los usuarios se sitúen sobre un mapa . Así que me he puesto manos a la obra y lo he colocado en la bitácora. Lo teneis en la columna de la derecha, justo encima de las estadísticas. Podeis aplicar el zoom hasta llegar al nivel casi de barrio. Es mejor utilizar el mapa de Satélite que el de mapa normal, al menos en España. Por favor, usadlo.

Nosotros mismos

Es curioso lo que podemos llegar a pensar sobre nosotros mismos. Hace unos meses colaboré en un Taller de Participación Ciudadana en el seno del Foro Ciudad de Almería que pretendía identificar los problemas más acuciantes de la ciudad. En realidad, a estas cosas ya va uno condicionado de casa y adivina lo que va a salir. Sin embargo, en esta ocasión, me vi sorprendido por uno de los problemas que salían. Los asistentes al Taller coincidían, en gran medida, en señalar que uno de los peores problemas de la ciudad somos sus habitantes, los almerienses. Cuando se trató de profundizar un poco más, aparecieron la apatía, la falta de concienciación, el desánimo, la baja autoestima. Un panorama desolador para un economista y un vergel para los sociólogos. Hay, sin embargo, debajo del panorama sombrío que sobre la ciudadanía hacen los propios ciudadanos algunos rasgos positivos. Por ejemplo, es evidente que tenemos capacidad de autocrítica, incluso un poco excesiva. Otro rasgo reseñable es qu

Mala prensa...

Llevo unas semanas controlando la página de MALAPRENSA.COM , bitácora que se dedica a analizar la información periodística, más bien la mala información, y en la que aparecen con bastante regularidad malas informaciones relacionadas con el mal uso de las matemáticas (incluso, con el desconocimiento de las mismas). Resulta muy interesante este post sobre el caso del redondeo de los minutos de Telefónica . Recuerdo que hace unos años, la Asociación de la Prensa de Almería, me pidió que les impartiera un curso de economía para periodistas. Se puede hacer muy poco en una sola mañana, pero intentamos explicarles varios conceptos básicos (PIB, valor añadido, tasa de paro, tasa de actividad,...) y algunos cálculos básicos. Pues bien, parece ser que en las facultades de periodismo deberían incorporar en los planes de estudio una asignatura de matemáticas, a tenor del poco éxito del curso y de la gran cantidad de trabajo que proporcionan al mantenedor de malaprensa.

Otra vez en la crónica negra... :(

Hoy aparece en algunos medios nacionales una triste pregunta: ¿otro caso Almería? Nuestra sociedad es especialista en crear mosntruos, pero éstos son más terribles cuando ostentan algún tipo de poder legal sobre los ciudadanos. Sin entrar a valorar el grado de violencia necesario para reducir a una persona, en este caso hay al menos un par de situaciones que resultan sospechosas. La primera es meramente numérica, cuatro contra uno. O el tipo era algo así como Hulk, o los 4 guardias son muy poquita cosa. La segunda es la existencia en las dependencias de la guardia civil de material no autorizado. Supongo que todos podríamos el grito en el cielo si descubriéramos en el disco duro del ordenador del juzgado de menores, imágenes de pedofilia. Pues me parece que la segunda situación arriba mencionada es prácticamente lo mismo. También supongo que no hay que dejarse llevar por las primeras impresiones, que a lo mejor se está acusando a estos agentes sin razón. Por ello, la propia Guardia Civ

Antes de volver... al trabajo

Ha sido un día como tantos otros de estas vacaciones. Miento, un poco menos frustante, ya que esta mañana hemos salido a tomar un refresco (aunque hubiera necesitado dos después de poner en funcionamiento a las dos J). Pero, en realidad, ha sido igual, casi igual a los anteriores, a los de las últimas dos semanas: un bebé te obliga a una rutina de la que es imposible escapar (a no ser que escapes del bebé). Mañana, en unas pocas horas, estaré de vuelta en el despacho, en ese universo en el que las cosas son controlables, en el que el descontrol forma parte de la forma en la que trabajo y no es un enemigo de la estabilidad. Y, sin embargo, me jode. Me jode un montón tener que volver. Tanto tiempo deseando regresar y resulta que era mentira, que no era más que una pose ante los demás y ante mi mismo. No quiero volver de vacaciones. En realidad: quiero vacaciones de verdad .

Sobre el Código Davinchi

Se han vendido millones de ejemplares, ha sido número uno en la mayor parte de los países en los que se ha editado, ha reimpulsado la fiebre por los temas de ocultismo y la novela histórica. Son, como dirían los Morancos, cienes y cienes de páginas y, para rematar, la Iglesia Católica lo condena (cuando ya se había vendido a lo bestia, lo que de seguro habrá impulsado las ventas). La historia es sencilla, el esquema también. Como en una colección de muñecas rusas, cada misterio desvelado implica un nuevo misterio que resolver y, siempre, con el tiempo apremiando y la policía y el Opus Dei pisándoles los talones. Mucho se ha escrito sobre las mentiras del libro, mentiras que, en el fondo, no son más que un artilugio literario para permitir encajar las piezas del puzzle. Que son burdas, ¿Y qué? El libro funciona bien hasta las últimas 150 páginas, en las que pierde intensidad para acabar estrellándose en un final absurdo. Es una novela y por ello no tiene que ser veraz. No parece que se