De un año de mierda a un año de luz
No lo voy a negar. Este 2021 ha sido en lo profesional un año malo tirando a muy malo. Vamos, lo que viene siendo un año de mierda . Como el barco de la foto, me he visto varado, con el casco despellejado e incapaz de navegar teniendo el mar a apenas unos metros. Decepcionado conmigo mismo más que con el mundo –y mira que el mundo ha hecho oposiciones para ello desde marzo de 2020–. Sin embargo, tal vez porque soy de natural optimista, creo que he logrado darle la vuelta a mi percepción y hasta extraer algunas lecciones vitales: La primera es que hay una vida maravillosa más allá del trabajo . Estaba entregado totalmente a él y pensaba que era feliz mientras mi círculo vital se iba estrechando poco a poco. En realidad, no era feliz, simplemente estaba tan ocupado y preocupado que no tenía tiempo para darme cuenta de ello. Una vez pasado el bajón, volvieron los cuentos a mi cabeza, y descubrí que tenía tiempo para dedicarme a inventar (para mi y para otros) o para gastarlo ...