Europa como un terrón de azúcar

Hubo un tiempo en el que Europa era percibida como una aspiración, como el final de un camino que nos llevaba desde el aislamiento y la dictadura hasta la modernidad y la libertad. Los españoles, como otros muchos europeos, queríamos ver en la Unión un sueño en el que crecer como ciudadanos y traspasar las fronteras de nuestros propios países. Sin embargo, aquel sueño está dejando paso a una pesadilla de resaca en la que muchos han dejado de querer estar. Hoy, Europa comienza a ser percibida como una madrastra gruñona que impone restricciones a unos hijos que añoran más libertad. Los británicos, que nunca han terminado de sentirse del todo a gusto, andan renegociando los términos de su pertenencia con el envite de un referéndum para abandonar la Unión. En los países de la ribera sur, Europa se observa como un organismo cruel que exige sacrificios sin cuenta a los ciudadanos de los países deudores, mandando hombres de negro a Atenas o supervisando las decisiones gubernamentales de ...