Adiós abueli
Hola abueli. Ya sé que hoy no es mi día de visita. De hecho, no lo volverá a ser nunca más. Pero ésta es una visita por escrito y, por lo tanto, intemporal. Además, ya sabes que destilar el dolor a través de las palabras es un ensalmo ideal para calmar el alma. Y hoy lo necesito. Fiel a tu costumbre, te has terminado saliendo con la tuya, sin darnos siquiera tiempo para despedirnos. Se me han quedado en el tintero algunos te quiero, el penúltimo episodio de las azañas de Javi y enseñarte las fotos del cumpleaños de Jorge. El único al que has faltado. Sí, ya sé que eran 13, y con la mala suerte no se juega. Por cierto, tendrías que haber visto lo bien que se ha comportado cuando se lo he dicho: ya es todo un hombre y no ha querido contribuir a mis lágrimas. Aunque le he visto morderse los labios y aguantar las suyas en el borde de los ojos. En eso se parece a tí, le cuesta expresar sus sentimientos. A tu Javi no le hemos dicho nada, seguramente no lo entendería o incluso preguntaría s...