Inflación importada

Os pego una faena de aliño de las de aquí te pillo, aquí te mato que me han pedido hoy (bueno, en realidad, me lo pidieron esta mañana y yo me he acordado ahora)... Es una notilla sobre la inflación en Almería, aunque los primeros párrafos hacen referencia a España.

A los problemas derivados de la crisis de la construcción y de la crisis financiera internacional se suma ahora una inflación desatada. La responsable final de esta situación no es una demanda sobrecalentada, como hasta hace seis meses, sino las materias primas que se han visto afectadas por el fuerte crecimiento de sus precios en los últimos tiempos: los alimentos y el petróleo (a través de su principal cliente, el transporte).
O sea, que después de montar el circo, a la economía española le crecen los enanos. La cuestión es que poco se puede hacer frente a estos shocks de precios importados, al menos a corto plazo. Sólo nos cabe tomar medidas que nos independicen del crudo, que nos ayuden a ahorrar energía y, a lo sumo, establecer mecanismos de control en los mercados de materias primas que impidan la especulación salvaje.
En el caso de Almería se suma a la fiesta el precio de la vivienda que aún crece a tasas del 7,2%, lo cual no tiene mucho sentido si se tienen en cuenta el resto de los indicadores de la construcción, francamente deprimidos. Además, debemos tener presente que llevamos ya muchos años ofreciendo diferenciales positivos de inflación con respecto a la media nacional, hecho que nos ha provocado una pérdida paulatina de competitividad que ahora echaremos de menos para salir de la situación actual.

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