Encuesta: A la Universidad española no la salva nadie
Como era previsible, reina el pesimismo entre los que han respondido a la última encuesta sobre el proceso de Bolonia. Diré, si es que no lo supone ya el lector, que de las tres opciones que dí, yo había elegido la mayoritaria, esto es: a la Universidad española no la salva nadie.
Cuando planteé esta encuesta aún no sabía nada de lo que la conferencia de decanos de Económicas y Empresariales estaba a punto de perpetrar: la subversión absoluta del espíritu de la ley, ya que lejos de crear uno o dos troncos generales comunes que luego dieran paso a una amplia gama de especializaciones (másteres y doctorados), lo que han hecho es convertir en grado las licenciaturas y diplomaturas existentes, desde LADE (que pasa a ser ADE) hasta la Diplomatura de Empresariales (que ahora será Finanzas y Contabilidad), pasando por Investigación y Técnicas de Mercado. En resumen, en vez de afrontar este momento como una oportunidad de renovación, los decanos (en respuesta obviamente a las presiones de los departamentos y profesores) han optado por un café para todos que seguramente no traerá más que mucha frustración a los alumnos y a los propios profesores, cuando llegue la hora de justificar la existencia de esos títulos. Lo de siempre. De ahí que esta Universidad no tiene más arreglo que el hacerla de nuevo casi desde cero. Espero que en otras facultades si que sean capaces de coger la sarten por el mango y respeten de verdad lo que supone el Espacio Europeo de Enseñanza Superior.
Cuando planteé esta encuesta aún no sabía nada de lo que la conferencia de decanos de Económicas y Empresariales estaba a punto de perpetrar: la subversión absoluta del espíritu de la ley, ya que lejos de crear uno o dos troncos generales comunes que luego dieran paso a una amplia gama de especializaciones (másteres y doctorados), lo que han hecho es convertir en grado las licenciaturas y diplomaturas existentes, desde LADE (que pasa a ser ADE) hasta la Diplomatura de Empresariales (que ahora será Finanzas y Contabilidad), pasando por Investigación y Técnicas de Mercado. En resumen, en vez de afrontar este momento como una oportunidad de renovación, los decanos (en respuesta obviamente a las presiones de los departamentos y profesores) han optado por un café para todos que seguramente no traerá más que mucha frustración a los alumnos y a los propios profesores, cuando llegue la hora de justificar la existencia de esos títulos. Lo de siempre. De ahí que esta Universidad no tiene más arreglo que el hacerla de nuevo casi desde cero. Espero que en otras facultades si que sean capaces de coger la sarten por el mango y respeten de verdad lo que supone el Espacio Europeo de Enseñanza Superior.
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