Los cereales en el horizonte 2030

Hace un par de semanas tuve la ocasión de asistir como invitado a las XXXV Jornadas Técnicas de la Asociación Española de Técnicos Cerealistas en Jerez de la Frontera para intervenir en una mesa redonda sobre el futuro de los cereales. Vaya por delante que hay mucha gente mucho más experta que yo en estos temas, pero como aún no he aprendido a decir que no y que me apetecía reflexionar sobre algunas cuestiones de futuro que no son exclusivas de los cereales, allí que me fui –añadiré a los factores a favor la posibilidad de pasarme a la vuelta por La Línea de la Concepción para tomar el café con algunos de mis amigos de la infancia–.
La estructura de este artículo será algo diferente, ya que, tras la introducción general, he dejado la estructura de preguntas y respuestas en las que se organizó la mesa. Espero que resulte interesante la lectura y espero feedback en los comentarios para poder ampliar mis ideas.

Introducción

Es posible que no exista un grupo de cultivos tan influyente sobre la humanidad como los cereales. Este grupo fue de los primeros en ser domesticados y permitió a las bandas de cazadores-recolectores asentarse en poblados estables, ya que los cereales pueden ser almacenados de diversa forma para ser utilizados en el futuro. Cosa que otros productos no permitían. La revolución neolítica sin cereales posiblemente no habría tenido lugar.
Su distribución por todos los continentes los convierte en la base de la alimentación humana en casi todas partes. Por ello, hoy siguen jugando un papel importantísimo en la ocurrencia o ausencia de hambrunas, especialmente en los países en vías de desarrollo. Por eso, el encarecimiento de los cereales sobrevenido tras la invasión de Ucrania por Rusia se ha convertido en una auténtica preocupación de los países africanos y por eso Rusia permitió inicialmente la exportación de cereal ucraniano a través del Acuerdo del Mar Negro. Y, cuando lo rompió, rápidamente adelantó su intención de donar granos a los países africanos. 

La revolución neolítica sin cereales posiblemente no habría tenido lugar
Fuente: Banco Mundial


Otra cuestión preliminar es el entrelazamiento entre los precios de la energía y de los cereales en los últimos decenios. La producción de biocombustibles de primera generación fue el causante de este entrelazamiento y trajo consigo un uso alternativo a la alimentación de algunos cereales –principalmente maíz–, lo que agravó las situaciones de encarecimiento de los mismos, como la crisis de las tortillas de México en 2007-2008. El entrelazamiento de precios continúa hoy día, como se pone de manifiesto en el siguiente gráfico.

Fuente: Banco Mundial

Además, por la importancia estratégica que tienen, resulta relevante conocer el volumen de su comercio internacional. En un año normal se pueden llegar a comerciar a escala internacional 300 millones de toneladas de cereales, con países que suelen repetir como principales exportadores e importadores. La capacidad exportadora viene dada por la cantidad producida y en qué medida esta excede del consumo interno. En los últimos 10 años en los que tenemos información de comercio internacional, 10 países acumulaban de media el 81,4 % de las exportaciones, mientras que la concentración de los importadores era muy inferior; los 10 primeros solo acumulan el 45 %.
Fuente:FAO
Fuente: FAO

En un año normal se pueden llegar a comerciar a escala internacional 300 millones de toneladas de cereales

Tal vez llame la atención al lector poco informado sobre estos temas la posición de España entre los principales importadores de cereales del mundo. La explicación viene dada por el éxito comercial de la cabaña ganadera española –particularmente la de porcino de capa blanca–, lo que ha provocado un incremento sostenido de la demanda de cereales para alimentación animal incapaz de ser absorbida por la producción interna.

Finalmente, adjunto un mapa extraído de El orden mundial, en el que se puede ver la distribución por los continentes de chernozem, el suelo agrícola más fértil del mundo. No debe extrañar que algunos de los grandes exportadores sean también países con grandes superficies de este tipo de suelos.

Fuente: EOM

Con esto, creo que ya podemos pasar a las preguntas y respuestas de la mesa redonda:


Preguntas y respuestas

P: Vivimos una situación complicada por el incremento de los costes de producción y también el cambio climático que está generando muchos problemas en todas las zonas de España. ¿Qué va a generar esto en la cadena de valor donde cada uno de vosotros estáis más enfocados? Investigación, empresas, Economía del cultivo…

Y la sequía. Y el aumento de los precios de la energía, otra vez –ahora por la reducción de la producción de la OPEP+ –. Y los tipos de interés. Y la inflación. De hecho, lo está provocando ya. La cadena se tensiona en todos sus eslabones y los incrementos de costes poco a poco se van filtrando hacia el consumidor final (los máximos de costes han tardado 13 meses en llegar al IPC). Para las empresas individuales (y a los agricultores los considero empresas) es una cuestión de equilibrio entre capacidad financiera, capacidad de negociación y, si me apuras, hasta de suerte. En cualquier caso, esta situación acelera algunas de las tendencias de fondo de nuestra agricultura: menor número de explotaciones, pero más grandes. 


P: De muchos de estos problemas venimos hablando ya durante décadas: Qué es lo que se ha hecho mal, y qué nuevas soluciones o enfoques deberíamos dar para un futuro

Para esto yo soy un relativista moral, al final lo que se hace o no se hace en un momento determinado es el resultado de meter en una olla a presión expectativas, el estado de la tecnología y el conocimiento (y no me refiero solo a la tecnología electrónica), el poder de negociación de los diferentes agentes tanto públicos como privados y un entorno social específico.
Tal vez, de cara al futuro, teniendo en cuenta la trascendencia de la incertidumbre, deberíamos mejorar en incorporar factores que la reduzcan: desde el seguro agrario, hasta sistemas de cultivo inteligentes, pasando por variedades de semillas más adaptadas a las cambiantes condiciones, etc…

Lo que se hace o no se hace en un momento determinado es el resultado de meter en una olla a presión expectativas, el estado de la tecnología y el conocimiento (y no me refiero solo a la tecnología electrónica), el poder de negociación de los diferentes agentes tanto públicos como privados y un entorno social específico

P: Cuáles son los principales problemas que debemos solucionar en cada uno de los engranajes de la cadena de valor (genetistas, agricultores, almacenistas, harineros (o empresas de primera transformación) / empresas de segunda transformación/distribución/consumidores.

Reducción de las incertidumbres. Aparte de lo que ya he comentado sobre la incorporación de herramientas y factores que nos ayuden a reducir la incertidumbre, podemos avanzar en un sistema que sea más sostenible (puede que haya que renegociar los plazos del paco verde europeo, pero casi seguro que no podremos modificar los objetivos), en una mayor integración de la cadena, con una mejor transmisión de la información entre los diferentes eslabones y, a nivel de explotaciones, seguir profesionalizando la gestión económico-financiera de las mismas.
Y estar atentos a los cambios.
Aun así, hay muchas áreas de incertidumbre que quedarán sin solucionar, porque escapan a nuestras capacidades: la evolución de la guerra en Ucrania y sus consecuencias, una posible ampliación de la UE hacia el espacio postsoviético y sus posibles repercusiones, la marcha del enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos, la sequía, el cambio climático…

Podemos avanzar en un sistema que sea más sostenible, en una mayor integración de la cadena, con una mejor transmisión de la información entre los diferentes eslabones y, a nivel de explotaciones, seguir profesionalizando su gestión económico-financiera

P: En el caso de la panificación, España es un país importador, y una gran cantidad del trigo nacional se destina al mercado de piensos, importando trigos de más proteína y valor (precio): Creen que esta situación debe cambiar (y en ese caso cómo deberíamos hacerlo) o creen que debemos de seguir con esta realidad y centrar la producción española en trigos de altos rendimientos y baja calidad panadera.

En un entorno 2CR –cambios cada vez más rápidos de consecuencias cada vez más radicales– como el que nos ha tocado vivir es muy atrevido hacer predicciones a largo plazo. La situación que se plantea está relacionada con la elevada eficiencia del sector ganadero español, especialmente el porcino, por lo que nos hemos adaptado hacia una solución productiva que tiene en cuenta esta circunstancia.
De cara al futuro, es razonable pensar que los consumidores reducirán la ingesta de calorías de origen animal, por lo que la cabaña europea posiblemente se reduzca (no tiene por qué suceder de forma homogénea entre los países productores).
Por otra parte, la pandemia nos ha enseñado que es peligros depender en exceso de proveedores externos para determinadas cuestiones estratégicas, y la alimentaria no me parece una menor.
Y, puestos pensar en el largo plazo, la posible adhesión de Ucrania a la UE la convertiría en la principal potencia cerealista de la Unión.
Resumiendo mi respuesta: no tengo ni idea, pero lo más seguro es que ya hayamos iniciado el camino hacia ese futuro sin ser conscientes de ello.

P: En base a vuestros estudios, ¿Cómo puede afectar el entorno que tienen los agricultores y ganaderos en zonas cerealistas en cuanto al tipo de cultivo de cereal a sembrar? ¿y de oleaginosas? ¿Pueden optar por otras alternativas?

En este tema me declaro un ignorante, no soy un ingeniero agrónomo. Creo que casi siempre hay alternativas. Si bien es cierto que hay claras vocaciones territoriales, también lo es que las casas de semillas no paran de innovar buscando variedades que satisfagan una creciente demanda de cualidades por parte de agricultores y consumidores.
A corto plazo, la alimentación animal podría ser una buena solución, pero a medio y largo plazo, las opciones se nos irán presentando y tendremos que estar atentos para saber aprovechar las mejores.

P: Cómo creen que puede afectar el cambio climático a corto, medio y largo plazo en el mundo del cereal en España. Y que deberíamos hacer para afrontar estos problemas (si es que los hay) ¿Cómo veis el futuro próximo?

Todo parece indicar que España se encuentra entre los países que más se verán afectados. El aumento de las temperaturas y los fenómenos climáticos extremos (más extremos que los tradicionales del Mediterráneo) van a suponer retos productivos de primer orden. Veo muy difícil que el mundo sea capaz de mantenerse en los márgenes de ese 1,5 ºC que se puso como objetivo. Por lo tanto, creo que la estrategia más inteligente es la adaptativa. A lo mejor los agricultores van a tener que diversificar sus lugares de producción (indefectiblemente esto supone una mayor escala de decisión, bien con explotaciones más grandes, bien a través de herramientas de gestión mancomunada de la producción o la comercialización). Y, por supuesto, como ya he comentado antes, fomentando la circulación de información a lo largo de toda la cadena de producción, con un espíritu más cooperativo por parte de todos los agentes y reduciendo los comportamientos oportunistas (ya sé que esto suena muy voluntarista).

No quiero dejar de decir que, aunque las incertidumbres son enormes y aunque es normal que el futuro nos parezca amenazador, hay factores de los que no hemos hablado, pero que juegan a nuestro favor: la enorme capacidad productiva del sector agroalimentario español, más eficiente que la media comunitaria, el rápido avance de la digitalización del sector, la pertenencia a uno de los mercados más grandes y de mayor poder adquisitivo del mundo, el prestigio de los alimentos europeos en general y españoles en particular y, por supuesto, todo lo que ya hemos hecho en el pasado. No es casualidad que los fondos de inversión internacionales busquen posicionarse en nuestro sector…

Hay factores de los que no hemos hablado, pero que juegan a nuestro favor: la enorme capacidad productiva del sector agroalimentario español, más eficiente que la media comunitaria, el rápido avance de la digitalización del sector, la pertenencia a uno de los mercados más grandes y de mayor poder adquisitivo del mundo, el prestigio de los alimentos europeos en general y españoles en particular y, por supuesto, todo lo que ya hemos hecho en el pasado

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