Como ya dije, Macareno ha vuelto. Los que ya lo conocían lo reconocerán de inmediato pues apenas he corregido un poco el texto, pero tengo muchas anécdotas nuevas y sabrosas. Ya vereis, ya...
Desde hace unos diez años, parte de mi desempaño profesional ha estado relacionado con la formación en el ámbito de las empresas agroalimentarias, y muy especialmente en el ámbito cooperativo. Desde el principio (sobre todo desde que me puse a ojear la web de Cooperativas Agroalimentarias) me resultó evidente la enorme cantidad de nombres de cooperativas vinculados con la religión. El catálogo de vírgenes, cristos, santos y beatos era enorme.
La historia lo explica muy bien. En el origen del movimiento cooperativo agrario aparece la Iglesia como clara protagonista y, con la institucionalización del poder terrenal de esta tras la Guerra Civil, parecía también una buena idea contar con el visto bueno de ella para iniciar aventuras cooperativas. Y qué mejor que usar el nombre de la Patrona o el Patrón para contar con el beneplácito del cura del lugar.
Esta característica yo la solía utilizar para animar el debate de las pocas fusiones entre cooperativas. ¿Cómo vamos a perder el nombre de…
Posiblemente estas notas pequen de cierto desorden, están tal cual las fui escribiendo. Una parte se escribió en la playa con el móvil y la otra, apenas unos retoques y un intento de reorganzación solo realizado a medias. Así que esto no es fruto de una reflexión profunda, ni es un texto hilvanado, es la lista de aquellos temas que primero se me vinieron a la cabeza cuando me puse a pensar sobre mi participación del #Agroateneo organizado por La Voz de Almería, Tecnova y CUAM.
Retos del modelo:
Agua, es el limitante principal y es nuestra particular espada de Damocles: le diversificación de fuentes se encuentra también limitada por el nuevo paradigma antitrasvases. Hay que optar por soluciones desde el lado de la demanda, ahorrando más si es posible. Desde la oferta, habría que combinar el resto de soluciones (reutilización, depuración, recogida techumbres y desalación con el uso de energías renovables). Por extensión el problema es la sostenibilidad, el consumidor cada día está más inf…
Todos tenemos luces y sombras, la perfección absoluta es una asíntota de nuestra voluntad. Pero hay personas que pueden llegar al final de su vida con más luces que sombras en su haber.
Mi relación con Juan del Águila, don Juan para todos en Cajamar, es breve en el tiempo. Apenas una decena de años desde que la Fundación Cajamar me ofrece un proyecto que yo no podía rechazar. Desde entonces, nuestra relación se basó en conversaciones salteadas que pivotaban normalmente entre la historia (su pasión) y la economía (la mía) y en una larga serie de recomendaciones cruzadas de lectura.
Una relación que no da para un largo panegírico, que tal vez solo alcanza para unos comentarios breves; apenas una nota a pie de página en una larga biografía. El don Juan que yo conozco es un hombre curioso e inteligente, un hombre que respeta el conocimiento y lo acoge (¿que fueron si no Las Palmerillas o el Instituto Cajamar?). Pero también es un hombre práctico y pragmático, como tiene que serlo un finan…
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