El mundo hasta ayer, de Jared Diamond

¿Qué podemos aprender de las sociedades tradicionales? ¿Podemos obtener alguna enseñanza de sus formas de vida, de sus instituciones o de sus tradiciones? Jared Diamond vuelve a usar Papúa-Nueva Guinea como punto de origen de uno de sus libros, como ya hiciera en el genial "Armas, gérmenes y acero". Y, como de costumbre, el autor pondrá en juego su vasto conocimiento y su capacidad de entrelazar diversas disciplinas para enhebrar su tesis. Esta es, que las sociedades tradicionales, bajo las que se ha desarrollado la mayor parte de la historia de la humanidad, mantienen algunos valores, instituciones y normas de comportamiento que podrían ser de utilidad para nuestras sociedades modernas occidentalizadas.

Diamond presta atención a varios aspectos concretos de estas sociedades, concretamente: las relaciones interpersonales e intergrupos, la justicia (compensación y restitución de las relaciones previas), los conflictos bélicos (guerras tribales y ciclos de venganzas sucesivas), el trato a niños y ancianos (desde la libertad y el respeto, hasta el infanticidio y el abandono), las actitudes ante los peligros potenciales (paranoia constructiva), el papel de la religión, el multilingüismo y las cuestiones relacionadas con la salud.

En la parte negativa del libro yo señalaría su dimensión, cerca de 600 páginas, que denota su pertenencia a la amplia tradición divulgativa estadounidense en la que los libros se valoran al peso. En la parte positiva, el uso de un enfoque multidimensional del que Diamond es un verdadero maestro, y la forma de exponer sus argumentos, cargados de ejemplos y metáforas para hacerlos más comprensibles. Y, en cuanto a los contenidos, este posiblemente sea el libro menos redondo de los que le he leído, aunque la cuestión seguramente esté relacionada con la temática, que no es de las que más me interesan. Ahora bien, la enormidad de datos y argumentos que presenta el libro da pie a despertar la curiosidad de cualquiera, casi que en cualquier momento.

Desde mi punto de vista, y mis gustos personales, los apartados más interesantes han resultado ser los relacionados con la religión y con la salud, en los que ha recurrido a argumentos evolutivos para justificar la existencia de la primera y para explicar la prevalecía de la hipertensión y la diabetes en sociedades recientemente occidentalizadas.

El resultado del estudio, el previsto: hay numerosos aspectos que podrían trasladarse desde las sociedades más tradicionales a las nuestras. El autor hace hincapié en la mediación y compensación en determinados casos que en nuestra sociedad requieren costosos juicios, en la forma de educar a los niños, con mayor libertad en muchos casos y con un trato mucho más cariñoso, el respeto con el que se trata a los mayores (en algunas de las sociedades tradicionales), así como los hábitos saludables para evitar las Enfermedades No Transmitidas (ENT) como la hipertensión y la diabetes.

Como ya he comentado, sin embargo, mi capítulo favorito es el que dedica a la religión, a sus funciones en cada tipo de sociedad y a su evolución. Un verdadero hallazgo al que seguro retornaré de vez en cuando.

Y, a modo de curiosidad, en el último párrafo del libro, podemos encontrar una reafirmación completa del autor en las tesis que defendía en "Armas, gérmenes y acero" (¿un mensaje a Acemoglu y compañía?)...



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