Conexiones conspiranoicas entre el timo del nigeriano y el terraplanismo

Hace ya unos cuentos años, leí uno de los libros –aparentemente sobre Economía– más inspiradores de los que han pasado por mis ojos: Freakonomics. En realidad, era un tratado sobre los incentivos y cómo los humanos respondemos a ellos. Lo que ya no recuerdo es si fue en la primera parte o en la segunda (Superfreakonomics) en la que se abordaba el caso de los timadores «nigerianos». ¿Qué sentido tenía que pasados muchos años de su origen siguieran usando la figura del príncipe o del político corrupto o del empresario nigeriano? ¿No era obvio ya para todo el mundo que eso era un timo?

Imagen generada con ChatGPT

La lógica nigeriana

Levitt y Dubner (los autores) explicaban que, en realidad, tenía todo el sentido del mundo. Los timadores se enfrentaban al problema de identificar a los sujetos susceptibles de ser engañados y, para evitar gastar su tiempo con personas que finalmente no caerían en la trampa o que actuaban como troles de su trabajo –confieso que yo personalmente disfruto mucho haciéndolo–, recurrían a una historia tan manida y burda. Es decir, quién responde al mail del nigeriano se está colgando del cuello una etiqueta bien grande que dice: «hola, soy lo suficientemente inocente para que me engañes».
Y esto me lleva a los terraplanistas. Resulta asombroso que haya personas que a estas alturas del espacio-tiempo sigan creyendo que la Tierra es plana, habiendo una evidencia masiva de su curvatura: desde fotos tomadas desde el espacio hasta simples ejercicios de medición de sombras en diferentes lugares del planeta. (Hay un documental sobre el movimiento Flat Earth en el que en sus intentos de demostrar que la tierra es plana, justo logran demostrar lo contrario). El planteamiento de base es absurdo, sus seguidores solo creen en lo que les dictan sus ojos, y cualquier evidencia empírica contraria es despreciada, porque es producto de una extraña conspiración universal que ha atravesado la historia y que los diversos imperios han ido heredando de uno a otro para evitar que los humanos nos demos cuenta de la «planitud del planeta». A saber con qué motivación…
Resulta igual de llamativo que este tipo de movimientos estén creciendo (o al menos lo parezca), aunque el uso masivo de redes sociales y los efectos de «cámara de eco» que todos buscamos de manera inconsciente lo expliquen bastante bien.

Etiquetas

A lo que iba, el o la terraplanista se adorna con una etiqueta que, a mi modo de ver, lanza dos mensajes diferentes para dos públicos distintos:

• Soy poseedor de una verdad que me hace diferente y mejor que los demás, que viven en la ignorancia.
• Soy carne de conspiración, busco respuestas sencillas y directas y las defiendo con una enorme vehemencia y convicción.

Pero hay un tercero que tal vez reciban personas u organizaciones con pocos escrúpulos: «soy fácil de engañar».

Por cierto, amigo o amiga terraplanista, ¿has pensado alguna vez por qué no hay ningún piloto de avión o navegante entre los vuestros? El modelo de la Tierra plana sería mucho más simple que el que utilizan para moverse por el mar o por el cielo. ¿Por qué serían tan estúpidos de jugarse la vida utilizando un sistema erróneo y mucho más complejo?