La agricultura, otra vez

Artículo para el suplemento de Agricultura de Almería Actualidad:

Pasada la euforia de la construcción, con el sector turístico en pleno proceso de adaptación a las nuevas exigencias del mercado y con la piedra natural absorbiendo la pérdida de actividad de uno de sus principales clientes, la economía de la provincia mira de nuevo a su base: la agricultura.

No sería justo menospreciar los logros alcanzados gracias al desarrollo de la construcción: el PIB ha logrado crecimientos importantes durante la última década, y el desempleo ha llegado a niveles históricamente bajos. Incluso, muchos de los beneficios empresariales generados durante la década prodigiosa del ladrillo, han sido activados en otros sectores y actividades que a buen seguro contribuirán positivamente en el nuevo ciclo.

Ahora bien, en los tiempos de incertidumbre que corren debemos plantearnos alternativas sólidas, que sirvan de motor de arrastre para el conjunto de la economía. Ese papel, en la Almería actual, sólo lo puede asumir la agricultura. No es nada original, cierto, pero es la opción más plausible.

Sin embargo, hoy no estamos en la España que entraba en la UE de los 80, en la que los productos almerienses eran competitivos en fechas y precios. El mundo y España han cambiado. Nos movemos en un entorno global, en el que la información, el dinero y los productos viajan por todo el mundo prácticamente sin barreras.

En la pasada edición de los cursos de verano de la UAL, Fernando Feijoo, presidente del Grupo Lienzo de los Gazules, contaba que en el mundo posindustrial, los elementos más importantes de la cadena de valor de un producto son el diseño y la distribución, de forma que la producción (el elemento clave durante la Revolución Industrial) apenas aporta ya valor. La agricultura no es la industria, pero podemos obtener importantes enseñanzas de ella, y podemos plantearnos el desarrollo de canales comerciales más eficientes, o la creación de nuevos productos a partir de nuestra gama base.

La gran suerte es que hay margen de actuación y, por tanto también, margen para el desarrollo. Claro que también hay un inconveniente: el mundo es muy grande y en algún lugar del planeta alguien estará realizando las mismas o parecidas reflexiones. No sabemos quién será nuestra competencia mañana, aunque podemos estar seguros de que la tendremos hagamos lo que hagamos.

En fin, Almería puede iniciar un nuevo ciclo expansivo usando uno de sus “valores seguros”, aunque para el logro de elevados ritmos de crecimiento la agricultura deberá reinventarse en algunos sentidos y, sobre todo, deberá replantearse su comercialización, una asignatura pendiente de la que ya no podemos consumir más convocatorias y que posiblemente implique la voladura de algunos diques mentales que hoy impiden cambios necesarios en la forma de gestionar las empresas del sector.

Comentarios

  1. Anónimo9:28 p. m.

    Hola,me gustaria que explicase mejor su teoria sobre el cambio en la comercialización, puesto que lo menciona pero no lo desarrolla.Un saludo.

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  2. Tiene razón. El problema es el espacio (he doblado el número de caracteres que me habían asignado). Me lo pongo como tarea para la próxima entrada.

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