Agricultura, edad y futuro



España es un país que envejece muy rápidamente. La edad media de un español promedio en 2022 es de algo más de 43 años. Vivimos más años y tenemos menos hijos.

Menor dimensión, mayor edad

Este fenómeno, como casi todo el mundo conoce, es mucho más intenso en las zonas rurales, que es donde se localizan la mayor parte de las explotaciones agrarias. Estas zonas se ven afectadas, además, por el abandono de sus habitantes más jóvenes que parten en busca de oportunidades laborales y de formación con destino a las ciudades.

Si a esto le añadimos que la agricultura no es una profesión con atractivo o prestigio social, no es de extrañar que haya pocos jóvenes que se dediquen a ella. Si buceamos en los datos del nuevo censo agrario, podemos ver que la edad media de los jefes de explotación está en torno a los 61 años, es decir, muy cerca ya de la edad de jubilación.

Esto revela la urgente necesidad del relevo generacional en el sector. Pero si miramos un poco más a fondo, nos vamos a encontrar con una de las tendencias de fondo de la agricultura que ya hemos comentado por aquí, también en la edad de los jefes de las explotaciones: hay una evidente relación inversa entre la edad de los jefes y el tamaño de la explotación. Mientras que la edad de los responsables de explotaciones más pequeñas se sitúa por encima de la media comentada, las de mayor dimensión (más de 100 ha) presentan una media de edad de 54,6 años.

La edad media de los jefes de explotación está en torno a los 61 años, es decir, muy cerca ya de la edad de jubilación


Fuente: elaboración propia con datos del Censo Agrario 2020


Evidentemente, esta circunstancia nos está poniendo de relieve que las explotaciones con más visos de sobrevivir a largo plazo son las más grandes, lo que implica que seguiremos viendo crecer el tamaño medio de las explotaciones agrarias españolas salvo que se produzcan cambios estructurales profundos en nuestra sociedad o en las políticas agrarias. Y también implica que el proceso de relevo no garantiza la superviviencia demográfica de las zonas rurales, ya que serán minoría las explotaciones en las que esta se produzca.

Seguiremos viendo crecer el tamaño medio de las explotaciones agrarias españolas salvo que se produzcan cambios estructurales profundos en nuestra sociedad o en las políticas agrarias

La perspectiva de las inversiones


Y una distribución incluso más extrema se obtiene cuando hacemos la misma comparativa pero esta vez teniendo en cuenta la producción estándar de las explotaciones. En este caso las diferencias van desde los más de 65 años de las menos productivas (menos de 2.000 euros, y que obviamente solo procuran rentas complementarias) y los 53,3 años de las que facturan más (por encima de 500.000 euros).

Fuente: elaboración propia con datos del Censo Agrario 2020



Si lo pensamos desde esta perspectiva, son las explotaciones de mayor producción las que, presuntamente, están en mejores condiciones para enfrentar el proceso de inversión en nuevas tecnologías en las que está actualmente involucrado el sector primario.

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