Crear, emprender, aprender


Este articulillo me lo ha inspirado la conferencia que tuve que escribir el otro día y algunas lecturas anteriores. Así que esta misma noche lo he mandado al Almería Actualidad, que se supone algún día me pagarán... :-)

Desde hace unos años, el servicio de estudios de la cámara de comercio de Almería calcula una tasa aproximada de “empresarialidad” (vaya con el palabro) de la población extranjera. Tasa que, sistemáticamente, es superior a la obtenida por el conjunto de la población almeriense.
Esto significa que los inmigrantes, aún siendo menos numerosos que los nacionales, tienen una mayor tendencia a emprender, a crear empresas, que los autóctonos. Una explicación se encuentra relacionada con la relativa facilidad de acceso de los sectores en los que suelen emprender: normalmente comercio especializado en la atención de las demandas específicas de sus compatriotas, aportando al tiempo una nueva gama de productos al mercado local almeriense. Son especialistas en sus propias necesidades, al menos más que nosotros.
Pero ser consciente de unas necesidades no significa que subsiguientemente se haga algo para satisfacerlas. Sobre todo cuando no se tiene conocimiento de las estructuras de aprovisionamiento del país de acogida, o de su sistema financiero. Incluso, cuando esas barreras se superan aún quedan las referidas a la consecución de la financiación o a encontrar un local comercial adecuado. Si nos paramos a pensarlo, no debemos tardar mucho tiempo en darnos cuenta que aunque el comercio no presenta grandes barreras de entrada comparada con otros sectores, para un extranjero suele entrañar muchas más dificultades. Y no digamos ya cuando no se trata de un comercio, sino de servicios más complejos como el de los locutorios, en los que las tecnologías de la información juegan un papel principal.
En el fondo, la verdadera razón de esa mayor intensidad emprendedora debemos buscarla en la menor aversión al riesgo que el contingente inmigrante presenta. Nada más valiente que abandonar tu lugar de origen y desplazarte a un lugar extraño, alejado de tus familiares, de tu cultura y de tus raíces. Nada más valiente que embarcarse en una patera o en un cayuco y lanzarse al mar, dispuesto a vencer una barrera que es mucho más que física. La decisión, el proceso mental por el cual los inmigrantes toman el camino del mar, o del avión o de la carretera significa la realización de un balance entre los beneficios hipotéticos del viaje y los costes reales y de oportunidad del mismo. Porque el viaje hay que pagarlo, ya sea a la familia, ya a las mafias de la emigración. Es decir, al menos en las primeras cohortes de inmigrantes, la decisión de partir supone en el fondo una inversión de elevado riesgo, en el que no sólo se pone en juego el dinero, sino que en ocasiones también la propia vida.
Así que la explicación que más me convence es la que se relaciona con la suposición de que los primeros emigrantes de una sociedad son aquellos que tienen una mayor capacidad para asumir riesgos. Esa primera cohorte crea y emprende, aprende de nosotros y es de la que nosotros debemos aprender su actitud, demasiado confiados como estamos en nuestra superioridad occidental e institucional.

Comentarios

  1. Anónimo10:15 a. m.

    Buenas,

    Desde hace una semanas participo en una actividad de formación del profesorado llamada 'Educando para emprender', organizada por el Centro de Profesorado de Almería.

    La actividad se enmarca en el programa de fomento de las iniciativas emprendedoras que desde la Consejería de Educación se pueso en marcha hace unos años y que ofrece al profesorado de los centros andaluces no sólo la posibilidad de formación sino que abre el abanico para la participación del alumnado en distintas actividades diseñadas para fomentar sus actitudes ante el emprendimiento y la solidaridas.

    Al leer tu artículo acabo de ver que nos queda abrirnos un poco más mirar a nuestro alrededor, sobre todo en Andalucía y aprender de nuestros nueva compañía de viaje social y económicos: la inmigración.

    Permíteme, David, que utilice tu artículo para debatir sobre el asunto con el profesorado que compartimos el espacio de reflexión y aprendizajo de la actividad 'Educando para emprender'.

    Paco :-)

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