Cambios a vista de pájaro (1)

Hace unos días, un amigo geógrafo (Rodolfo Caparrós) nos pidió a un grupo de conocidos los textos de acompañamiento para una exposición en la que se celebraban los 50 años del "vuelo americano". La idea es comparar los cambios sufridos por el territorio desde ese primer vuelo (fotografías aéreas de todo el país, realizadas por la Fuerza Aérea de los EE. UU.) hasta nuestros días en la provincia de Almería. Para tal fin, nos presentó algunas de las fotografías del antes y el ahora para explicarnos las diferencias que él veía. Yo me suponía que los cambios más brutales tendrían que ver con los invernaderos... qué equivocado estaba.
Pego en esta entrada y la que viene mis comentarios para las fotos de Carboneras (enlace a Maps).
(click para ampliar)

CARBONERAS 1957

Un dédalo de ramblas torturadas busca su salida hacia el mar. La costa, sorprendentemente monótona y limpia, queda marcada por la espuma de las olas. En el magma de claroscuros que nos presenta la fotografía se adivinan en forma de puntos negros algunas formaciones arbóreas, siempre en el cauce de la rambla, aprovechando la mayor humedad de esas torrenteras, marcando la senda que de tarde en tarde siguen las aguas, empeñadas en seguir ejerciendo sus derechos de propiedad.
La carretera de la costa, que se dirige a lo que hoy es el Parque Natural Cabo de Gata Níjar, sigue la sinuosa silueta del accidentado relieve. Es, o parece ser, un camino a ninguna parte.
Carboneras, a la derecha de la foto, se deja caer suavemente hacia el mar, como los mismos cauces secos del resto de la imagen. Es un pueblo recogido, orientado de oeste a este, casi perpendicular a la orilla del mar. No obstante, una pequeña lengua de viviendas comienza a extenderse hacia el norte, buscando los cultivos que se adivinan en la pequeña llanura litoral. Hay viejos aterrazamientos en las laderas; parecen abandonados, fruto quizá de algún hambre muy antigua. Y en la playa, justo al lado del “pueblecito”, unas manchas en la arena, seguramente barcos de pesca, son el vínculo necesario con el Mediterráneo.
La imagen se antoja como una completa alegoría de lo que era la provincia de Almería en aquel año: un bajo nivel demográfico, un relieve duro y áspero, un pobre pulso económico, reflejado en infraestructuras débiles, realizadas aprovechando las curvas de niveles del territorio y un peso aún muy importante de la agricultura. Éramos, según el Banco de Bilbao, la provincia más pobre de España.
La isla de San Andrés es el principal hito relevante en la costa; es el punto de fuga de cualquier mirada que se pose sobre esta fotografía, y nos permite trasladarnos con la imaginación a una Almería mucho más antigua, en la que la costa era un lugar peligroso (por eso el pueblo parece que huye del contacto con el mar), en la que el miedo a los ataques corsarios aún se encontraba inoculado en el ADN de los habitantes del litoral almeriense. Tal vez sea esa la razón de un trazado que huye de las olas tierra adentro.

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