5 certezas sobre la guerra comercial y una sobre Trump


Certeza nº 1. El comercio internacional favorece a los países que toman parte en él. Sus niveles de bienestar logran superar su curva de posibilidades de producción y los consumidores pueden acceder a más bienes y a precios más baratos.

Imagen: http://coastguard.dodlive.mil

Certeza nº 2. El comercio internacional genera ganadores y perdedores en los países que toman parte en él. En el corto plazo, las industrias que se ven impactadas por la competencia de otras más baratas del exterior terminan expulsando trabajadores y generando pérdidas para su capital. Pero, al mismo tiempo, aparecen oportunidades en aquellas industrias en las que se poseen ventajas relativas, generando mayores beneficios para el capital allí invertido y más puestos de trabajo.

Certeza nº 3. La aparición de ganadores y perdedores tiene impactos territoriales importantes. La mayor parte de las industrias tienden a concentrarse, ya que existen economías de aglomeración, tales como la disponibilidad de un mercado de mano de obra especializado, o el acceso más directo a tecnologías que mejoran los rendimientos de dichas industrias. Esto conlleva que en determinadas zonas, el impacto de la apertura comercial sea muy doloroso. Tal vez, el papel del Estado en estas circunstancias sea el de favorecer la reestructuración de esas industria y ayudar a los trabajadores en su recualificación y búsqueda de nuevos empleos.

Certeza nº 4. El actual grado de interconexión de las economías mundiales, provoca que una modificación en un lugar del planeta origine un efecto mariposa de consecuencias insospechadas. Por ejemplo, que los aranceles al acero chino impuestos por EEUU terminen encareciendo el suministro de materias primas de otras industrias del país, dando lugar a un crecimiento de los precios de sus productos y a la subsiguiente pérdida de competitividad internacional de las mismas.

Certeza nº 5. La única manera de salir indemne de una guerra comercial es que tú puedas imponer sanciones y que los demás no tengan la suficiente capacidad para imponértelas a ti. Antiguamente la cuestión se resolvía por el poder militar (siempre una baza como mínimo tácita en las negociaciones) o por una desproporción muy evidente entre la capacidad económica de los contendientes. Hoy no está la cosa tan clara, ni siquiera Estados Unidos es capaz de imponer su voluntad. El anuncio inicial de los aranceles al acero dejó paso a la exclusión de los mismos para sus socios del NAFTA, luego a la UE –que amenazó con restricciones en industrias relevantes para EEUU y con impactos locales muy significativos–, y se centró en China. Pero es que China es la segunda economía del mundo tras la propia de Estados Unidos, y tiene capacidad para dañar a la economía americana de formas más sutiles que los aranceles (léase la tenencia de bonos del tesoro del gigante norteamericano).

Certeza nº 6. El propio Trump tiene intereses comerciales que podrían verse afectados directamente si el clima con el gobierno chino se enrarece. De hecho, Forbes acusó recientemente al presidente de protagonizar “el mayor conflicto de intereses de la historia de EEUU”.

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