De un año de mierda a un año de luz

No lo voy a negar. Este 2021 ha sido en lo profesional un año malo tirando a muy malo. Vamos, lo que viene siendo un año de mierda.  Como el barco de la foto, me he visto varado, con el casco despellejado e incapaz de navegar teniendo el mar a apenas unos metros. Decepcionado conmigo mismo más que con el mundo –y mira que el mundo ha hecho oposiciones para ello desde marzo de 2020–.




Sin embargo, tal vez porque soy de natural optimista, creo que he logrado darle la vuelta a mi percepción y hasta extraer algunas lecciones vitales: 
  • La primera es que hay una vida maravillosa más allá del trabajo. Estaba entregado totalmente a él y pensaba que era feliz mientras mi círculo vital se iba estrechando poco a poco. En realidad, no era feliz, simplemente estaba tan ocupado y preocupado que no tenía tiempo para darme cuenta de ello. Una vez pasado el bajón, volvieron los cuentos a mi cabeza, y descubrí que tenía tiempo para dedicarme a inventar (para mi y para otros) o para gastarlo en cosas que me gustan, que me llaman la atención o simplemente, que me divierten. Así, por ejemplo, ha nacido el David podcaster: 


  • Otra igual de importante es que la gente que te quiere y aprecia se deja sentir en los malos momentos, precisamente en esos en los que estás de bajón y necesitas que alguien simplemente te pregunte cómo estás o te de una palmada en la espalda. Y que tu familia, aunque suene a lugar común, es el mejor refugio y tu principal apoyo cuando las tormentas amenazan con hacerte zozobrar
  • Una tercera es que, si tu espíritu es fuerte, no hay nada ni nadie que pueda hundirte del todo (bueno, tal vez la muerte). Por eso miro hacia 2022 con optimismo. Hay decenas de retos y proyectos en los que me apetece enfangarme y con los que podré seguir aprendiendo. También seguiré escrutando la actividad económica y la actualidad del sector agroalimentario y seguiré contándole a todo el que quiera escucharme lo que he ido aprendiendo a lo largo de los años. Puede que le sirva a alguien. 

En fin, 2022 va a ser, sin duda, un año luminoso.

FELICES SATURNALES Y MI MÁS SINCERO DESEO DE SALUD Y PROSPERIDAD PARA EL AÑO QUE COMIENZA

Comentarios

  1. Me encanta tu optimismo porque sin él nos quedaríamos en el fango!!

    ResponderEliminar
  2. Bien David... bien.
    Al igual que tu barco, varado por un tiempo pero mirando hacia el futuro.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿RSS-lo-cualo?

¡Que viene el Brexit!

El tsunami financiero impacta en España