Innovar en la innovación

Cuando oímos la palabra innovación solemos tener dos tipos de pensamientos:
  1. Uno, más conceptual, en el que pensamos en los procesos de innovación de producto o, a lo sumo, de mejoras en el proceso productivo/comercializador.
  2. Otro, más pragmático, en el que intentamos apellidar algo de lo que hacemos como innovador, bien sea para que el público lo perciba así, bien para obtener alguno de los beneficios fiscales con que se incentivan los procesos de I+D+i.
Sin embargo, rara vez reflexionamos sobre el proceso de innovación en sí mismo, impidiendo por ello que entren los mecanismos innovadores en el propio proceso de innovación de las empresas. Desde estas páginas ya hablamos de la importancia de la imaginación para la competitividad empresarial, y de su característica intrínsecamente personal. Entonces hacíamos hincapié en la necesidad de localizar y contratar para si personal adornado con tal cualidad. No me desdigo de aquellas conclusiones, aunque creo que yo mismo pequé de falta de imaginación al no contemplar algo tan evidente como que la imaginación y el conocimiento están distribuidos por todo el mundo, y ahora podemos acceder a ellos en tiempo real a través de Internet y las nuevas tecnologías de comunicación.
Esta es la base de un nuevo concepto empresarial denominado open innovation (innovación abierta, en vulgar castellano). No lo definiré de forma tradicional, intentaremos llegar a él por deducción.
De un lado, tenemos un mercado cada vez más global y competitivo. De otro, tenemos el conocimiento y la imaginación distribuidas por el mundo. Y, finalmente, tenemos una serie de herramientas de comunicación que agudizan el primer factor y eliminan las distancias con los segundos. Júntenlo y ya sabrán lo que es esto de la innovación abierta. ¿Por qué van a estar los procesos de innovación vinculados a la estructura de la empresa? ¿Podemos imaginar sistemas en los que nuestros clientes y proveedores nos ayuden a lograr innovaciones? ¿Podemos pensar en procedimientos en los que atraer el talento y la imaginación de terceros para que trabajen a nuestro favor?
Cuando hayan respondido a estas preguntas estarán en el mundo de la Web 2.0, del Código libre, de la propiedad intelectual compartida, de la innovación abierta. Estarán en un mundo que no es futuro, sino que se nos está filtrando en este instante por entre los chips de nuestros ordenadores y teléfonos y que no podemos dejar de aprehender si queremos seguir disfrutando en los próximos años de nuestros actuales niveles de vida.

Comentarios

  1. Ya veo que te gusta e impartes temas de innovación. Es mi especialidad, tal vez me conozcas. En todo caso, www.robertocarballo.com es mi weblog. Creo que te aportará cosas. Un abrazo, Roberto Carballo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿RSS-lo-cualo?

¡Que viene el Brexit!

El tsunami financiero impacta en España