Sonrisas y lágrimas

Sucedió un día cualquiera, en una empresa cualquiera. Él estaba francamente quemado y se preguntaba cómo era posible que todo fuera a peor a su alrededor y nadie se diera cuenta. Entonces pasó. Las nóminas comenzaron a ingresarse en el banco y la gente notó que no sólo no cobraba más (era la paga de enero), sino menos o incluso sustancialmente menos. Y nadie parecía saber por qué.
No le cuadraba, no era normal. Pero no era lógico que nadie hubiera explicado nada. Unos querían montarla con los sindicatos. Otros querían ir a abogados para enfrentarse judicialmente con la empresa. Y él, simplemente, estaba quemado e indignado. Así que lo pensó, y tal como lo pensó lo hizo. Hoy pararé 5 minutos en la puerta de la empresa. Se lo dijo a todos los que encontró y la mayor parte le dijeron que se sumarían. Incluso se lo dijo al supervisor y éste lo vio bien, incluso lo alentó.
Y sí hicieron. A las 12:00 muchos de sus compañeros y él mismo salieron a la calle durante 5 minutos. Pero... Allí no estaban solos. Alguien había llamado a un periódico. En el momento que vio al fotógrafo supo que la protesta se había ido de las manos. No se equivocaba. El director, antes de cualquier otra consideración, se mostró preocupado por el daño a la imagen de la empresa y de él mismo.
Pero al día siguiente fue cuando no pudo dar crédito a lo que veía. El que el día anterior decía no saber nada y comprender la protesta, de pronto seguía comprendiendo pero sabiendo el porqué de la merma en las retribuciones. Lo vio claro: le habían utilizado, le habían usado para poner una zancadilla y, a la hora de la verdad, pensaban dejarlo en la estacada.
Poco después comenzaron a cerrarse puertas que antes siempre estaban abiertas. Gentes que habían apoyado la protesta dieron un paso atrás y allí quedo solo. A la interperie. Pero iba a ser la última vez que un ser humano le defraudara.
La lámpara, para su sorpresa y tranquilidad, aguantó el peso y la correa ejerció la presión adecuada. Nadie escuchó el golpe de la silla sobre el suelo de su recién encogido despacho.

Comentarios

  1. Anónimo2:50 p. m.

    Una duda me atormenta...... ¿tienen estos relatos tintes autobiográficos?

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  2. Si. Y no.
    A veces el arranque es real y lo que sigue no. O al revés. Otras veces es todo real y/o autobiográfico. Y la mayor parte de las veces todo es producto de mi imaginación.

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