El extraño caso del robo que no fue tal [Tecno]

A estas horas todo el mundo en España ha oído hablar o ha visto el famoso vídeo del robo del sillón de Zapatero. La mayor parte de los comentaristas de los medios tradicionales se han decantado por las perspectiva de la seguridad (más bien inseguridad) del Parlamento. Algunos otros se han planteado el asunto de los fines del vídeo, y de la campaña por los casi olvidados objetivos del milenio.
Ambos planteamientos son interesantes, pero lo que más me llama la atención es, de nuevo, el creciente poder de Internet como medio de comunicación de masas y como sistema de acceso de bajo coste a amplias audiencias. Los publicistas promotores de la idea han sabido conjugar de manera magustral elementos reales e imaginarios (me atrevería a decir que muy en la línea de Borges) para dotar al vídeo de una enorma apariencia de realidad, lo que ha favorecido el impacto y la rápida difusión del mismo. Y ha sido tal el impacto que los medios tradicionales han terminado haciéndose eco del mismo.
Este hilo de reflexión me lleva en la dirección que ya apuntan muchos sobre la muerte de la prensa tradicional, en el sentido de que la inmediatez, la agilidad, la imaginación y la interactividad de la Red se lo ponen muy difícil a unos medios que, al fin y al cabo, a veces te cuentan las cosas 24 horas después. Cada día parece más evidente que el futuro del periodismo escrito está en la red, y los medios que no se posicionen en este ámbito terminarán desapareciendo.
Otro fenómeno llamativo es la posibilidad de imitación, adaptación y variación de los contenidos, posibilidad que convertirá en obsoleta la legislación sobre derechos de autor y que nos obligará a replantearnos la forma en la que obtener beneficios en Internet. Y como muestra, este botón:

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