La habilidad de reinventar mercados

Jobs bromeando sobre cómo esperaba la competencia que fuera el iPhone.

Recuerdo que en las clases de Dirección Comercial que recibí en mis años de formación universitaria se hablaba de la "estrategia del líder", que consistía en llevar la iniciativa del mercado para seguir siempre posicionado en una buena posición en la mente de los consumidores. Se hablaba también de la "estrategia del seguidor", aquel que copiaba los pasos acertados del líder. Sin embargo, no nos hablaron de lo que yo denomino la estrategia del revolucionario: le doy la vuelta al producto, cambio las reglas del mercado y dejo fuera de juego a la competencia.
Si hay en el mundo una empresa que represente al dedillo el papel del revolucionario, esa es sin lugar a dudas Apple.
Fue la primera empresa en lanzar un ordenador realmente personal, fue la primera en lanzar un sistema operativo de ventanas y operado mediante el ratón. Tan sólo por eso ya tenía un lugar ganado en la historia de la tecnología, pero en los 5 últimos años ha revolucionado dos mercados en los que no tenía experiencia. El primero fue el de la música, a través de su exitoso binomio iPod-iTunes. Apple no inventó el reproductor MP3, simplemente lo hizo bello, sencillo y facilitó a los usuarios noveles una forma para obtener música (luego vendría el vídeo) de manera legal y barata. Así logró ser líder del mercado de reproductores MP3 y también del mercado de distribución de contenidos multimedia por Internet.
Ahora ha apostado aún más fuerte. Se ha metido en un mercado que muchos analistas consideran maduro. Un mercado con fabricantes muy consolidados y con una presencia mundial asentada. Entrar en un mercado así es muy complicado. La única vía es lograr que todos tus competidores queden fuera de juego. Y ayer, Steve Jobs, entre bromas, lanzó una carga de profundidad directa al corazón de Nokia, Sony-Ericcson y Blackberry: el iPhone. Un aparato equipado con el potente sistema operativo de Apple, que es una mezcla entre teléfono, iPod, miniordenador (llendo más allá del concepto PDA), con acceso inalámbrico a Internet. Y, encima, bello, como todos los productos que salen de Cupertino.

Comentarios

  1. Verdad que es bonico el jodido teléfono. Ayer, después del café, me quedé un rato embobado mirando la presentación del trasto en la web de apple.

    Sólo le falta GPS para ser perfecto. Claro que entonces a lo mejor no sería tan finito :-)

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  2. Seguro que no tardan ni dos meses en sacar un gadget que lo convierta en GPS ;-)

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