La Catedral del Mar


Ildefonso Falcones es, según dice la solapa del libro, un abogado barcelonés, esperto en derecho medieval. Y se nota, se nota tanto que en ocasiones parece que uno está leyendo un texto erudito sobre el asunto. Por otra parte, a mi me ha venido de fábula para entender algunos aspectos que se me escapaban de un libro de historia económica que algún día, cuando logre acabarlo (Marte contra Minerva) comentaré aquí.
La primera parte de la novela, sobre todo el arranque es bastante previsible y no augura nada bueno, o al menos eso me ha parecido a mi. Sin embargo, cuando comienza a contar la vida en solitario de Arnau, la historia gana peso y comienza a ser interesante. Aunque, para mi gusto, lo mejor está al final. La trama del juicio inquisitorial es ágil y te engancha (tanto que anoche no pude dejar el libro hasta terminarlo, a eso de las 2:45 de la madrugada). Visto en su conjunto la novela destaca sobre la media de lo que suelen ofrecer los best sellers al uso. Huye de la trama histórico-mistérico-religiosa que tan en boga está desde el éxito de El Código Davinchi, tiene momentos brillantes e ilustra las dificultades diarias de la sociedad medieval, aprisionada por los derechos señoriales y en la que las ciudades eran una excepción de libertad (de algo más parecido a la libertad).
Le doy un 7,0 sobre 10.

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